Los actores privados y estatales deben estar presentes trabajando coordinadamente en esta "epopeya". El Estado Municipal debe asistir y contener a las familias en riesgo (son fácilmente detectables), el Consejo Escolar debe salir de sus paredes para ayudar a las Escuelas y Colegios a combatir la deserción escolar y buscar a los menores que teniendo la edad "escapan" al sistema educativo.
Los Organismos de ayuda (Centro Preventivo de las Adicciones, Patronato de Liberados etc.) teniendo personal y presupuesto suficiente para desarrollar las tareas por las que fueron creados.
La policía previniendo y combatiendo a la delincuencia con números suficientes de agentes y modernos elementos (comunicación, armamento, vehículos y capacitación). El ciudadano común participando, denunciando los hechos y comprometiéndose con los deberes civiles que le corresponde.
Ahora bien…si la justicia falla por impericia, falta de capacidad, desconocimiento, burocracia -entre otras cosas- cada eslabón que se puede construir se rompe por falta de confianza.
Cuando el ciudadano no denuncia los delitos del que fue víctima porque pone en la "balanza" el valor de lo perdido en el ilícito con los trámites burocráticos (declaraciones, reconocimientos, etc.) que debe afrontar y la contrapesa con la falta de resultado, es que algo grave está sucediendo.
Para entenderlo solo bastaría recibir algunas de las cientos de comunicaciones que se reparten anualmente señalándole que su causa paso al archivo. ¿Dónde están los organismo de control?. Es sabido, que esas causas judiciales abiertas son todas similares y constan de las distintas comunicaciones judiciales. En los últimos días un funcionario municipal del área de seguridad señaló con razón que víctimas de un asalto no habían cumplido con la responsabilidad civil de reconocer a los autores del ilícito.
Sin embargo tal vez podría ignorar que una fuente seria, nos dijo que uno de los testigos del reconocimiento era familiar de un preso. Ante tamaño desatino habrían optado por callarse la boca para no quedar "pegado" a una posible represalia. No es el único caso, de desatino
En un asalto a vivienda de una octogenaria, y después de revisar cinco horas las dependencias los actores policiales y judiciales, el periodismo al ingresar encontró una huella de pisada de barro sobre una pileta de cemento a un metro de altura y que daba a una pequeña ventana.
La noche anterior había llovido y el ladrón podría haber ingresado por el lavadero. Se comunicó la novedad y se contestó que podría ser de la moradora. Estamos hablando de una persona de ochenta años con problemas de traslación.
Los responsables jamás habrían sido encarcelados. Podemos enumerar otros casos sucedidos. Pero lo importante es que la población no puede ser rehén de la ineficacia. La responsabilidad por las posibles consecuencias ningún poder las podrá soslayar.
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