Según se pudo saber los asaltantes, sorprendieron siendo las 23, al sereno Carlos Ivanosky, atándolo de pies y manos con un cable y dejándolo en un baño.
Uno de los asaltantes era bajo, morocho y con el pelo corto, y se encargó de buscar dos sacas que iban destinadas a Rosario y la Capital Federal y que contenían valores y dinero en efectivo.
La operación habría durado tres minutos y los ladrones huyeron. El sereno se pudo arrastrar para pedir auxilio. Los delincuentes tenían estudiado el sitio, ya que fueron directamente a las sacas sin mirar ni desacomodar el mobiliario.
La “flaqueza” en la investigación en un nuevo hecho delictivo, donde
asaltaron a otra empresa hace esperar que este tipo de hechos delictivos se repitan.
Desde hace dos años un sin número de casos a mano armada quedaron sin respuestas. Una fuente sumamente preocupada nos dijo “existe dispersión en la investigación, solamente bastaría fijarse en los sumarios judiciales.
En un caso resonante sucedido últimamente, pusieron de testigo de reconocimiento a una persona que es familiar de un preso. Los que tenían que “apuntar” a los sospechosos no se animaron a decir si eran o no los que habían cometido el delito en una concesionaria”.
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