Los asaltantes se habrían movilizado en un auto (podría ser un modelo viejo de un Fíat color rojo).
Los asaltantes ingresaron a las oficinas armados con pistolas (serían calibre 22) e inmediatamente hicieron tirar al piso a uno de los propietarios de la firma, empleados y dos clientes que se encontraban averiguando por una futura operación comercial.
Los individuos jóvenes y de entre 25 y 30 años de edad, actuaron a cara descubierta, fueron correctos en el trato, aunque la voz de mando era enérgica
Una vez que se apoderaron del dinero que habría en una de las oficinas, trataron de abrir la caja fuerte, sin lograrlo.
Rápidamente huyeron con rumbo desconocido. Una mujer que se encontraba como clienta, debió ser atendida por paramédicos debido a que sufrió una indisposición producto del momento que le toco pasar. La víctima (madre de una oficial de policía) fue llevada a la guardia del Hospital Municipal Eduardo Morgan y se estimaba que había sufrido una lipotimia.
Por donde se fueron
La forma de actuar de la banda nos indica que es muy posible que el auto, utilizado en la huída sea el producto de un ilícito en una localidad de la región (Hughes, Wheelwright, Ferré o Pergamino -entre otras- ) y en las próximas horas sea encontrado en las adyacencias de nuestra ciudad. Seguramente los ladrones habrían utilizado una “posta” con un auto más moderno y es posible que se fueran (si así lo hicieron y no tienen un aguantadero en el casco urbano ) por caminos reales y con destino a la provincia de Santa Fé.
Un dato para no obviar
Los ladrones están atentos y más en época de crisis económica. Hace pocos días se publicó en medios gráficos la noticia de un robo en la firma Montanari Automotores de Pergamino. Los ladrones habían sustraído 80 mil pesos en efectivo y al menos 40 cheques de terceros por un valor aproximado de 400 mil pesos. El ilícito ocurrió entre la noche del 24 y la madrugada del 25 de marzo.
En el ilícito hubo un entregador que era el sereno y que había dejado la alarma desconectada y una persiana levantada. La policía por su “olfato” pudo descubrir la maniobra y atrapar al colaborador y al ladrón.
Lo que en tiempo de vacas flacas no pasó desapercibido para los ladrones de la región fue la cantidad de dinero y valores que estuvo en juego en el robo.
El problema es una regla de tres simple. Si había tanto dinero en la sucursal de Pergamino, tanto o igual tenía la empresa de automotores en Colón. Solamente había que esperar que día iba a ser el asalto.
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