Una causa judicial que conmovió a la ciudad de Colón. El Jefe de la Policía de la Departamental Colón fue acusado de abuso sexual agravado y falta a los deberes de funcionario público por mantener relaciones con una detenida a cambio de favores que haría el policía.
Pasaron cuatro años. Una fuente que se comunicó con Colón Doce señaló que la causa habría sido armada, por oscuros intereses y que a la mujer detenida podrían haberle dado dinero. También habría testigos que se presentaran a relatar los hechos. En las próximas semanas se sabrá el tenor de la denuncia y cuales fueron las intenciones si las hubo.
Un hecho que causó conmoción
La historia fue absoluta primicia de Colón Doce. El encargado de la Estación Comunal de Policía Raúl Bourrell y el oficial principal Gustavo Perrota habían sido acusados por un testigo encubierto de abuso sexual contra una presa. La Comisaría fue allanada por el Fiscal Daniel Gómez en busca de pruebas. Los policías detenidos y encarcelados. Estábamos en setiembre de 2004. Rápidamente los calabozos de nuestra ciudad se transformaron en lugar de detención para hombres y las mujeres fueron llevadas a distintas comisarías
En el año 2007 los policías Bourrel y Perrota acusados de abuso sexual agravado e incumpliendo de los deberes de funcionario público fueron sobreseídos.
El Ministerio de Seguridad con León Arslanian declaró prescindible al Comisario Inspector Bourrel, que siguió su vida en Salto y regreso algunas veces a Colón por trabajo particular. En tanto el oficial Perrotta siguió luchando para que se determine cual había sido la verdad.
Una fuente dijo a Colón Doce que todo fue armado por personal policial incentivado económicamente y con la colaboración de una detenida.
Un poco de historia
En setiembre de 2004 en la Departamental Pergamino se trata de ordenar los lugares para la detención de personas acusadas de algún tipo de delito. En este sentido la Comisaría de Colón es elegida para lugar de detención de mujeres.
Un anónimo escrito a máquina y presentado en el Juzgado de Garantías del magistrado Emil Jalil, se había transformado en el dibujo de un mapa de la corrupción policial en la Comisaría de Colón. Entre las cosas que afirmaba el escrito era que el Comisario había mantenido relaciones sexuales con una presa y sobre otros delitos como el de llevarse piezas de los autos secuestrados en los fondos de la Comisaría.
La mujer reconoció la relación sexual, y ambos habrían señalado que la misma se habría desarrollado en los altos del edificio de 51 y 18.
En ese lugar existe una pequeña cocina y un dormitorio donde el Comisario tenía su vivienda circunstancial. A la misma se llega por una escalera, por la cual se accede desde la oficina principal.
En la causa judicial declararon numerosos policías y en los dichos se mezclaban relaciones sexuales con presas, hurto de repuestos en autos secuestrados y que eran dejados en los fondos de la Comisaría, uso indebido de horas cores (extras policiales) y vales de naftas. La comisaría de Colón fue allanada en dos oportunidades. Los procedimientos fueron solicitados por los Fiscales Mario Gómez y Guillermo Villalba. El Juez que actuo en la causa judicial fue Emilio Aboud (sub- rogante del Juzgado de Emil Jalil) realizó las evaluaciones que habían presentado los fiscales y consideró que había suficientes argumentos para detener a los uniformados
Las autopartes
En la megacausa judicial lo que se comprobó fue el delito cometido por el Número dos de la Departamental de Policía de Pergamino Jorge O´Rouke que fue acusado de llevarse partes de un auto estacionado en los fondos de la Comisaría de Colón.
El auto fue secuestrado en un allanamiento en Colón y estaba armado con partes de otros autos robados en San Fernando, Morón, Pilar, Junin y habría sido secuestrado de un taller de Colón.
A O'Rourke se lo acusó del delito de «peculado» y de «robo e incumplimiento de los deberes de funcionario público»
Según se indicaría el oficial tenía un auto similar y se habría llevado una puerta.
El auto que fue investigado y donde el oficial O´Ruorke sacaba las piezas era un auto armado con partes de autos robados. En total se comprobaron, siete a saber: La patente alfanumérica del Fíat Duna secuestrado por la policía colonense es SXI 050. La misma corresponde a un Fíat Uno SD/SDL 1.3, cuyo propietario es Ceferino Va- lenzuela, con domicilio en la calle Junin de San Fernando. El auto tenía pedido de secuestro porque había sido robado en esa localidad.
Por otra parte, las cuatro puertas del vehículo secuestrado tiene gravados sobre el vidrio polarizado de sus ventanillas el número B 2637650.
El auto que se corresponde con esos número de puertas, es un Fíat Duna con pedido de secuestro del año 1994. El propietario según figuran en los papeles, sería Miguel Lorenzo con domicilio en Morón. En tanto, el parabrisas polarizado tiene gravado el número DNXF447. La policía investiga el origen, aunque se sospecha que se trata de otra unidad robada en el conurbano bonaerense.
El motor tiene los números borrados y lleva inscripto RPA 372058 y la unidad original correspondiente tiene pedido de secuestro.
Lo notable es que el chasis sería de un quinto auto perteneciente a Mario Marquez. El robo de la unidad habría sido denunciado tiempo atrás en la Comisaría Primera de Pilar la cedula verde es falsa y pertenece al vehículo que tiene en el parabrisas el número DNXF447. En cuanto al título de propiedad del auto Fíat Duna secuestrado, tiene los mismos datos de la cédula verde, aunque pertenece a un auto marca Renault 21, modelo TXE, y con cuatro puertas, propiedad de Walter García con domicilio en la localidad de Junin.
| 
