En el camino hacia la histórica plaza San Martín se encontró con varias vecinas vestida con camisón y deambulando como zombis diciendo "Bajen el volumen… bajen el volumen"
Cerca de la casa Amarilla y de un lujoso automóvil descendía Alejandra Pradón que levantaba entre sus brazos un cartel que decía "Cultura para todos" y murmurando "por seis mil razones soy capaz de bailar algo que no consiguió ni Tinelli".
Un poco desorientado, el Pirincho subió las escaleras de la descolorida comuna y se acordó que debía algunas Tasas Municipales marchando a la oficina de Rentas.
Los ojos dicen que se transformaron porque encontró sobre el mostrador (con perdón de la palabra) un conchero y varias plumas y se preguntó misteriosamente ¿utilizaron la oficina como vestuario? ¿Dónde fueron a parar los recibos? ¿volvieron a las viejas usanzas de tirarlos a las vías del ferrocarril?.
El Pirincho en año electoral está dispuesto a contar los secretos más reconditos del Poder.
Como aquel que fue a la Capital Federal a cerrar los contratos carnestolegos y término cortándose el pelo en los de Giordano, pagando la módica suma de 75 pesos y dando lugar a Comic de próxima edición (continuara).
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