La historia sucedió en un conocido Motel de Pergamino (albergue transitorio) y los rutilantes actores son profesionales, de familias conocidas y compartían una misma habitación dando rienda suelta a sus más exuberantes fantasías amorosas. La noche de los "piratas" habría comenzado temprano, en algún lugar de expansión nocturna donde festejaban el tiempo de vacaciones. El escándalo habría comenzado a las seis de la mañana del domingo.
Además, en el Motel, nadie habría quedado sin saber lo que ocurría debido a que los dos hombres en un estado de ebriedad absoluta, se encargaron de golpear las puertas de las demás habitaciones causando un alboroto de tamaña magnitud, para que más de un usuario/a quisiera irse sin pagar las cuentas al no poder terminar su faena.
Todo habría acontecido en un Hotel de la segunda colectora de Ruta 8 y calle Baigorria. Las parejas para ahorrar dinero o compartir experiencias abrían alquilado la misma habitación. La sociedad de hecho estaría integrada por cuatro jóvenes que abrazarían la profesión del derecho, financiera, ventas de ropa y estudiante de leyes. La discusión comenzó en el la habitación (vaya a saber porque no se ponían de acuer do) y crisparon la paciencia de sus circunstanciales vecinos que al no poder concentrarse habrían llamado rápidamente a que los encargados para que pusieran orden.
La crónica que corre de boca en boca en la vecina ciudad señala que no hubo tiempo y el joven abogado (todavía no matriculado) y el futuro financista se la emprendieron con el escaso mobiliario que suele adornar los especializados ambientes. El propietario ante el cariz que tomaban los acontecimientos opto por llamar a los uniformados policiales que en medio de gritos, desnudeces, debieron llevar adelante una desagradable tarea como es la de contener a personas medias desnudas.
Una vez que habrían cumplido con la tarea los involucrados habrían sido trasladados a la Comisaría Segunda. En la dependencia oficial uno de los jóvenes que no se podía calmar, habría seguido con su violenta actitud intentando romper parte de la edificación. El asombro de los agentes y oficiales no tenía fondo.
En la revisación que debieron realizar sobre el vehículo habrían encontrado una toalla con el nombre del Motel y que habría sido apropiada como souvenir recordando una noche con amigos. También en medio del batifondo por lo menos tres agentes policiales habrían recibido por parte de los dos adanes varios golpes que causaron lesiones leves.
¿Y las mujeres?. Cuando el escándalo estaba en su apogeo las dos mujeres abandonaron el lugar, y no se sabe como ( seguramente con la ayuda del celular) hicieron que pasaran a buscarlas alguna de sus amigas. Los muchachos debieron ser retirados por familiares que abonaron los daños realizados por los insaciables jóvenes.
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