Los optimistas esperan por las lluvias porque los animales ya atraviesan el cuarto mes de escasez de alimentos y en el invierno más de la mitad de los tambos no tendrá rollos de pastura.
Este sector, el más castigado y sufrido en los últimos años, atraviesa en la provincia de Buenos Aires un período de retroceso a nivel productivo y en cantidad de tambos. Un dato desalentador es que en 1998 había 6747 tambos en el territorio, y diez años después, el número es de 2500. En tanto, mientras el año pasado finalizó con una producción entre el 5 y 5,5 por ciento por encima de 2007 en el ámbito nacional, en la provincia se cerró sin crecimiento, con un equilibrio productivo.
El presidente del Consejo Federado provincial de Federación Agraria, Guillermo Giannasi, explicó que entre el precio promedio que se le paga al tambero en el territorio (80 centavos) y la dura sequía, “tendremos complicaciones con los alimentos para mediados de año y seguramente nos enfrentaremos este año a una contracción de la producción”.
En este sentido, el titular de la Comisión Provincial de Lechería de Carbap, Tomas Bonher, explicó que en la región Abasto Sur, la caída de la producción podría “bajar a la mitad” si no cambian las condiciones. “No hay alimento y los tambos estamos consumiendo alimento que teníamos pensado usar a mediados de año”, le dijo a DIB.
Desde la Cuenca Lechera del Oeste, la más importante de la Provincia y una de las tres que más producen en el país, destacaron que es preocupante el estancamiento productivo que se dio en la última década. Para Daniel Villulla, gerente de la Cámara de Productores Lecheros de esa cuenca, “siendo optimista, es muy difícil que en este año se supere la producción de 2008”. Para el dirigente, estar a los mismos niveles de producción que hace diez años no hace más que confirmar “las políticas erradas y las malas señales” que se dieron desde el Gobierno.
Por su parte, Santiago Padilla, titular de la cuenca Mar y Sierra, que abarca de Mar del Plata a Tandil, pintó un panorama complejo y dijo que en invierno pueden faltar reservas de leche ya que “estamos usando la comida del invierno”. Y puso un ejemplo desalentador para la región: “En diciembre tuvimos un 25 por ciento menos de producción que el mismo mes del año pasado”.
Desde el Gobierno, en tanto, reconocieron un panorama preocupante. “Las expectativas no son buenas para este año. Hoy el dramatismo del productor pasa porque la incertidumbre no los llevará a invertir. Y esto va a repercutir en los partos y en la producción”, dijo a esta agencia, Marcelo Lioi, director de Producción Láctea. (DIB)
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