También y de fondo sintió carcajadas que provenían del centro de la ciudad y que se propagaban por el aire por varios kilómetros debido a la sequía reinante.
Como no podía dormir por la ola de calor que invadía el rancho, se levantó y se dirigió hacia donde se escuchaba la estridente risotada.
Al llegar a la calle 46 y 18, se dio cuenta que las risas partían de la casa del intendente Ricardo Casi.
Un alcahuete que venía por la calle pisándose las sotanas rojizas, le dijo a nuestro asesor "es que el Jefe Comunal se esta riendo por lo del lunes en el Concejo Deliberante" y agregó con "una oposición así varios de nosotros vamos a perder el trabajo, porque va a ser muy fácil ganar las elecciones". (continuará).
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