El sondeo en las maternidades se efectuó sobre una muestra representativa de 2.700 parturientas que se asistieron en hospitales públicos. De ese total, unas 810 mujeres dijeron que no se les prescribió hierro en comprimidos durante la gestación pese a que está explícitamente recomendado por las autoridades sanitarias.
Es que prevenir la anemia en el embarazo permite evitar muertes maternas, nacimientos prematuros y partos complicados por la falta de energía que genera el déficit de hierro en la madre.
A su vez, que una mujer permanezca anémica durante el embarazo implica un mayor riesgo de que el recién nacido también sufra de este déficit nutricional que, de no tratarse, puede afectar el crecimiento y el desarrollo psicomotriz del niño, su capacidad para explorar y desarrollar sus capacidades cognitivas.
"En las mujeres el peso suele engañar, porque es frecuente ver embarazadas con sobre- peso, pero al observar los análisis de sangre detectamos que está anémica, sobre todo en el tercer trimestre de la gestación por un aumento en la captación de este mineral por parte del feto", explicó Perla Farinato, obstetra del Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud Provincial. En cuanto a los factores que aumentan la predisposición a padecer anemia, los especialistas mencionan el hecho de haber tenido muchos hijos, sobre todo con intervalos inferiores a dos años entre un embarazo y el siguiente; además de tener antecedentes de menstruacio- nes abundantes, algo que suele ser frecuentes en las mujeres que usaron DIU."Por otra parte tienen mayor riesgo de padecer anemia las embarazadas adolescentes, las que tienen una dieta habitual con poco hierro y las que sufren alguna parasitosis", detalló Farinato.
El hierro es un componente fundamental de la hemoglobina dentro de los glóbulos rojos, porque su función consiste en combinarse con el oxígeno en los pulmones y, a través del torrente sanguíneo, transportar este elemento vital a todo el organismo.
"Cuando falta hierro, el cansancio es tan fuerte que suele prolongarse el periodo expulsivo del bebé durante el parto porque la mujer tiene menor fuerza muscular", agregó Flavia Raineri, coordinadora del Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud Provincial y agregó que esa misma debilidad conspira, además, contra el cuidado que cada mujer debe tener de sí misma y de su bebé durante los meses posteriores al parto.
Con los alimentos no alcanza
Los especialistas indican que es tan significativa la necesidad de hierro durante el embarazo que con sólo consumir más carnes, legumbres, leches y harinas fortificadas no alcanza. "Es que la suma de los requerimientos para el feto y la placenta, más la necesidad de expansión del volumen sanguíneo materno y la previsión de las pérdidas de sangre que se producen durante el parto, hacen que la necesidad de hierro alcance cifras máximas en un período muy corto, por lo que ninguna dieta es suficiente si la mujer no tiene reservas previas", explicó María Vojkovic, jefa del área de nutrición del Hospital Provincial Noel Sbarra de La Plata. La especialista enfatizó que la consecuencia natural es que al final del embarazo la mujer esté anémica con el consiguiente riesgo de retardo del crecimiento fetal y de tener a su bebé antes de tiempo.
Que provoca en el niño
Entre las consecuencias que provoca tanto en el bebé como en el niño la anemia por falta de hierro figuran el retardo en el desarrollo psicomotor y, particularmente, en el lenguaje. Además se manifiesta con indiferencia, apatía, déficit en el rendimiento escolar y desgano.
En los últimos años los especialistas en salud materno-infantil recomiendan, como herramienta preventiva de esta enfermedad, retrasar el corte del cordón umbilical en el parto. Antes este procedimiento se hacía a los pocos segundos de que la mujer daba a luz. Sucesivos estudios demostraron que si se espera un minuto luego del nacimiento para efectuar el clampeo o ligadura del cordón umbilical pasa mucha más sangre desde la placenta al bebé y, por consiguiente, mucho más hierro. (DIB)
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