Como es un hombre respetuoso de las tradiciones fue invitado a asistir a los festejos por Don Ata y el creador del Martín Fierro.
Grande fue su sorpresa cuando un funcionario provincial que había quedado de la firma por el convenio del agua, le entregó un premio por mantener en lo más alto las costumbres argentinas.
El tipo que se lo dio en medio de lagrimas y agradecimientos dijo que le correspondía por haber usado durante catorce años las alpargatas bigotudas y la bombacha bataraza. Una vez recibido la distinción, se puso el cortito en la cintura y se fue a encontrar con los inspectores municipales. El Pirincho entonces le dictó un taller sobre karate, kun-fu, boxeo, uso de armas livianas, uso del cortito y término con uso de machete.
Una vez concluida la clase les regaló a cada uno una armadura y les dijo que están listos para salir a cobrar multas a los jóvenes colonenses. (continuara).
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