«Es algo paradójica nuestra venida aquí, porque las Abuelas presentaron en la ONU las denuncias sobre nosotros, y hoy estamos acá físicamente para decir que fuimos desaparecidos», reflexionó «No sólo estamos abocados a encontrar a los nietos que faltan, sino que apoyamos todas las causas de desapariciones que hay», aseguró.
Cevasco participó junto con los otros nietos recuperados, Pedro Luis Nadal García, Ximena Vicario y Victoria Donda, del homenaje organizado por el Gobierno y la ONU a la labor de 30 años que vienen realizando las Abuelas, que se desarrolló en la sede del organismo multilateral y fue encabezado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Según la titular de la organización de derechos humanos, Estela de Carlotto -quien también participó del acto-, estos jóvenes fueron elegidos para venir a Nueva York porque tienen «su historia clara y resuelta», y porque la situación de su documentación está correcta -porque aún muchos están tramitando sus documentos definitivos-.Cevasco recuperó su identidad en octubre del 2000, cuando también conoció a su padre biológico. «Ese día me conocí a mí mismo también», reflexiona.
Fue secuestrado el 11 de noviembre de 1976, cuando tenía 3 meses, estando con su madre, y luego de pasar un tiempo a la deriva, fue a parar a la brigada de San Martín y entregado a una pareja «que no podía tener hijos».
A los 7 años le dijeron que era adoptado. «En la adolescencia pensaba que me habían abandonado, y luego me di cuenta que quería saber algo más», dijo el joven criado por sus apropiadores en Pergamino. «Un día les pregunté a mis padres y me explicaron que mis padres habían muerto en un enfrentamiento, según dijo la mujer que me entregó a ellos», añadió.
«No sabía por dónde empezar, cómo buscar, y en Pergamino jamás hubo una marcha ni se sabía de las Abuelas. Ahora sí se sabe, en todos estos años se construyó una Red por la Identidad y hay mucha más difusión, lo que es muy importante», puntualizó.
Historia
Gabriel Cevasco es licenciado en Teología y Pastor de la Iglesia Adventista en Tandil, Olavarría y Azul. Hace 5 años recuperó su identidad y dejó de llamarse Ramiro Hernán Duarte para volver a ser quien fue hasta que tenía tres meses: Gabriel Matías Cevasco. Hoy, a los 28 años, la misma edad que tenía su madre cuando desapareció, sigue narrando su conmovedora experiencia para alentar a otros jóvenes como él a que conozcan su verdadero origen.
Habla sin rencor y con la serenidad propia de quien ha logrado con esfuerzo, con una profunda fe religiosa y con el apoyo incondicional de su mujer, elaborar una dolorosa experiencia de vida. Nació el 14 de octubre de 1976 mientras el terrorismo de Estado hacía sus primeras armas. Tenía tres meses cuando, estando en brazos de su madre, ambos fueron secuestrados a la salida de la fábrica textil en la que ella trabajaba en el Gran Buenos Aires.
Treinta días después, integrantes de las fuerzas de seguridad, lo entregaron a un matrimonio residente en la ciudad de Pergamino, Roberto Duarte y su esposa Margarita quienes, con la ayuda de un médico que dio fe del nacimiento, lo anotaron como hijo propio y lo criaron. «De ahí en más de mi mamá nunca se supo nada más-afirma Gabriel- de mí, yo me enteré hace cinco años cuando vi la otra parte de la historia.»
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