Los pesquisas habrían realizado un allanamiento en otra jurisdicción y habrían encontrado en el operativo y agendado un número de teléfono de un colonense.
El mismo podría ser la persona que “entregó” el delito a cambio de una “comisión”. Por estos días se estarían realizando algunos cruces telefónicos y se trataría de determinar si uno de los detenidos coincide físicamente con unos de los posibles asaltantes.
El asalto
No te asustes! ¡No te va a pasar nada! ¡Quédate tranquila! Escuchó María Cristina Trotta, mientras el delincuente le apoyaba un arma en la cabeza. A su lado, Ricardo Bonello, obnubilado y sorprendido no salía de su asombro al observar a dos delincuentes en su dormitorio, encapuchados y con guantes de lana en su manos.
Uno de ellos el más fornido hablaba en voz baja y trasladaba a las víctimas con calma. El segundo caco, parado en la puerta movía las manos y jugaba con un arma. Los malvivientes encontraron en otra habitación a un abogado rosarino que estaba de visita. Los hicieron sentar a los tres juntos y luego de sacar los cordones de las zapatillas con mucha rapidez primero le ataron las manos y luego los pies. El nudo usado sería el marinero.
En un momento dado y cuando buscaban efectos de valor, a la mujer le quisieron sacar la alianza de oro. No salió. Uno de ellos con un cuchillo en la mano le requirió a su cómplice ¡Córtale el dedo!. La orden no se cumplió.
En las casi dos horas que estuvieron en la casa de 49 y 12, se desplazaron con seguridad y tranquilidad. La pregunta es ¿Eran solamente tres?. Una vecina dijo que durante la madrugada los perros en el patio torearon sin parar. ¿Había más gente de consigna vigilando la cuadra?.
Los ladrones lograron llevarse una sustanciosa suma de dinero, además de joyas familiares. Las armas de fuego que encontraron las dejaron abandonadas debajo de la cama.
También los cacos dijeron que se habían equivocado de casa. Antes de irse la mujer le agradeció por no haberle atado el brazo que hace poco se había fracturado. El malviviente le señaló a su compañero “ ¡le chorreamos y nos agradecen!”.
Familia Bigatti
En matrimonio fue asaltado por tres encapuchados mientras dormían en su vivienda de calle 44 entre 19 y 20 en marzo de 2008. Los ladrones de llevaron 3500 dólares, una escopeta, un celular, un revolver antiguo, todos los objetos de oro, incluyendo as alianzas del matrimonio, más todas las llaves de la casa.
Las víctimas son Luis Bigatti (70) y Alicia Aizpiri (68). Según se supo los delincuentes ingresaron a las tres de la mañana seguramente por la puerta principal y utilizando una ganzúa y sorprendieron al matrimonio durmiendo.
Luis Bigatti fue amenazado con un revolver y lo ataron a la cama matrimonial. En tanto, Alicia, una vez atada de las muñecas pasando los brazos por delante (le pidió que por atrás no la ataran porque había tenido una fisura en el brazo) fue obligada por los asaltantes a mostrar los ambientes de la casa y cada uno de los elementos. La requisa minuciosa duró más de tres horas. Los asaltantes revisaron todos los papeles y hasta se interesaron por la historia clínica que tenía una radiografía.
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