Una fuente indicó que su precio por paco estaría entre los 7 y 10 pesos, y lo usaría la franja más desprotejida de la sociedad. Según todo indica la ruta del Paco nacería en el conurbano bonaerense y llegaría a nuestra ciudad por dealers. También ya habría consumidores con deterioros físicos.
El paco es la droga de la muerte y produce defrontaliza- ción El lóbulo frontal es conocido como el de la ‘civilización, dado que en él está la capacidad de poner freno a los impulsos, a la agresión, la capacidad de pensar las consecuencias de los actos, así como tener moral, ética o espiritualidad. Ese lóbulo sufre microinfartos que lo dañan progresivamente convirtiendo a esa persona en ‘puro impulso.
Los daños
El caso del «paco», es un derivado de alta toxicidad de la pasta base de cocaína, que causa daños muy severos. A diferencia del clorhidrato de cocaína, para cuya elaboración se necesitan un laboratorio y cierta complejidad en la infraestructura, el «paco» es de elaboración casera.
Se trata de una sustancia altamente adictiva; la persistencia en su consumo puede causar trastornos irreparables y en algunos casos, por dosis elevadas, letales.
De aspecto amarillento o amarronado, dependiendo de los precursores químicos que se utilicen, la «droga de los pobres» se fuma en pipas hechas generalmente con caños de aluminio de antenas de televisión o guías de cortinas. La mayor parte del comercio de la pasta base de cocaína destinada al mercado local es organizada por bandas con bases logísticas en muchas de las villas miseria de los principales centros urbanos del país.
Los consumidores son chicos de 13 o 14 años que pueden llegar a fumar en una noche entre 10 y 15 «pacos». Pero en combinación con alcohol ese número puede ascender a 50 o 60 en un solo día. Según el subsecretario de Control de las Adicciones de la Provincia de Buenos Aires, Claudio Mate, el “paco» está produciendo estragos en el conurbano bonaerense: cada día son más los jóvenes que llegan a los hospitales con graves daños neurológicos por el uso de esa droga. El consumo de «paco» durante siete meses lleva a la muerte cerebral. A este sombrío panorama debe sumársele otro hecho de singular gravedad. Según las proyecciones y los trabajos de campo realizados por el organismo provincial en el territorio bonaerense, se consumen por año seis toneladas de cocaína.
En un mundo tan convulsionado como el actual, y cuando las estadísticas confirman que millares de jóvenes engruesan las filas de los drogadependientes, la sociedad no puede cruzarse de brazos y permanecer indiferente. Es un deber ineludible de todos los sectores contribuir a la protección de la juventud y adoptar las medidas necesarias para combatir y desterrar la cultura de la droga.
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