La casa es propiedad de Olga Acosta. Las llamas según las primeras estimaciones se originaron en el exterior y se propagaron rápidamente a la estructura de la casa causando daños en dos dormitorios y algunos electrodomésticos.
La voracidad del fuego está directamente relacionada con la acumulación de cartones, botellas y bidones plásticos en un terreno cercano a la vivienda.
Las primeras estimaciones indican que el foco ígneo habría sido provocado en forma intencional.
En este sentido, se supo que horas antes habría sucedido un altercado entre vecinos y una denuncia judicial por este motivo.
El móvil habría sido la venganza.
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