El equipo de cirugía plástica del hospital Eva Perón de San Martín recorre el país llevando a cabo operaciones cráneo-máxilo-faciales que cambian sustancialmente la vida de los chicos afectados por esta afección que genera trastornos para alimentarse, hablar, respirar y que es motivo de discriminación y trastornos psicológicos graves.
“El chico con estas malformaciones que no es tratado debidamente evita ir a la escuela, jugar con chicos de su edad y hacer una vida plena porque se burlan de él, es algo muy evidente porque está en el rostro, por lo tanto es necesario abordarlo de forma interdisciplinaria desde el nacimiento”, explicó Héctor Lanza, cirujano del Eva Perón quien este mes efectuó 38 operaciones en hospitales del Chaco y ya puso en marcha operativos para efectuar intervenciones a pacientes de todo el Conurbano, Misiones, Salta, Santiago del Estero, Tucumán, Jujuy y Catamarca.
En cinco hospitales públicos de la Provincia, entre los que figuran el Eva Perón, el Victorio Tetamanti de Mar del Plata, el Penna de Bahía Blanca, el Ubaldo Carrea de Vicente López, y el Sor María Ludovica de La Plata, equipos interdisciplinarios integrados por odontólogos, fonoaudiólogos, psicólogos y cirujanos permiten abordar de un modo integral cada caso evitando que estas malformaciones se conviertan en un estigma en la vida de los niños afectados.
La fisura de labio alveolo palatina, no es otra cosa que una abertura del labio y el paladar del niño, una de las malformaciones congénitas más frecuentes, que no sólo implica un problema estético sino que, además, acarrea una variada serie de problemas de salud entre los que figuran un mayor riesgo de sufrir otitis en forma tan frecuente que puede derivar en sordera.
“Al haber una abertura del labio y el paladar el chico recién nacido no puede alimentarse, porque succiona y la leche va directamente de la boca a la nariz y de la nariz al esófago, de tal manera que se ahoga”, explica María Ma- zzuca, directora del hospital odontológico Ubaldo Carrea, donde por año se asisten unos 400 chicos que padecen de esta enfermedad.
Para evitar este trastorno, el rol de los odontólogos es, justamente, crear una suerte de placa de acrílico para cerrar el paladar y permitir que el chico tome leche y pueda comenzar su desarrollo.
Luego, el tratamiento pasará por ir adecuando esa placa al crecimiento del paladar con cambios cada 20 días, hasta llegar a los tres meses, tiempo en que se efectúa una operación que ayuda a unir los labios. “No obstante, nuestro trabajo no termina ahí”, explica Mazzuca, porque luego el niño debe continuar con la ortondoncia “que es cubierta en un cien por ciento por nuestro hospital”.
Posibles Causas
Según los especialistas, las fisuras de labio y paladar responden a causas genéticas pero también externas que influyen en el mal desarrollo del embrión. La falta de ácido fólico durante el embarazo, que toda mujer en gestación debería tomar a partir del tercer mes, es uno de los motivos habituales que predisponen al desarrollo de esta afección.
“El cigarrillo materno durante el embarazo, el consumo de alcohol, el uso de algunas drogas anticonvulsivantes que influyen en el metabolismo celular y otros problemas como carencias nutricionales de la madre, son algunas de las causas de esta patología”, detalló Mazzucca.
Héctor Lanza, del hospital Eva Perón de San Martín, explicó que la operación consiste en unir el labio partido y reacomodar la nariz a los tres meses para luego, alrededor del año y medio de vida, efectúar una segunda intervención, más compleja, que asegura el cierre del paladar.
El cirujano, que recorre todo el país con su equipo para efectuar estas operaciones, comentó que recibe el apoyo en insumos del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, mientras que el recurso humano lo aporta la Provincia de Buenos Aires.
Se efectuó una operación a Mariela, una chica de 14 años de Esteban Echeverría que dejó de ir a la escuela porque, a raíz de la fisura, sufría el hostigamiento de sus compañeros.
“Poder ayudar a un niño a reconstruir su carita es ayudarlo a tener una vida nueva que le permite volver a ser chico, con posibilidades de sociabilizar y hacer una vida normal e integrada”, concluyó Lanza. El hospital Ubaldo Carrea de Vicente López, además, se ocupa de la capacitación de profesionales de toda la Provincia para el tratamiento adecuado de estas malformaciones.
Liliana Presotto, directora asociada de ese establecimiento señaló que lo que “estamos buscando es que en la Provincia exista una legislación que obligue a denunciar esta patología al nacer, ya que el empadronamiento facilitaría los datos que permiten conocer, en forma certera, la prevalencia e incidencia de esta enfermedad y evitar casos futuros (DIB)
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