Desde el gremio docente –que agrupa a 60 mil afiliados- se indicó que del total de consultas recep- tadas en el Departamento de Salud Ocupacional, el 35 por ciento de ellas corresponden a afectación de la esfera psíquica, cifras que se equiparan a las lesiones de la voz, que por décadas prevalecieron como la primera causa.
Aunque la razón psicosocial no es excepcional, los pedidos de licencia por esta razón tienen una mínima histórica del 10 por ciento, “crece la tendencia”, explico Daniel Tineo, a cargo del Área Salud Ocupacional de la Federación de Educadores Bonaerenses. Y estimó que en los próximos 10 años, las manifestaciones psicológicas provocadas por la presencia de riesgos psicosociales en la escuela, serán la causa del 50 por ciento del ausentismo de los docentes.
El profesional aclaró que los casos relevados se dan básicamente en el interior donde la FEB tiene mayoría de afiliados y aunque no quiso especificar cuales son los distritos donde se registran la mayor parte de los casos, dijo que especialmente en el sur y el noroeste bonaerenses se dieron “muchos casos”.
Una consulta de Colón Doce indica que nuestra ciudad tiene un alto porcentaje de tareas pasivas y licencias médicas Estos factores de riesgo psicosocial no son únicamente por violencia- sino que son multicausales a diferencia de los Riesgos Físicos que puedan existir en el ámbito escolar que responden a una sola causa.
“Actualmente uno de los sectores laborales más proclives a sufrir la incidencia de riesgos psicosociales es el trabajo docente”, explico Tineo y señaló que “cuando hablamos de Riesgos Psicosociales, nos estamos refiriendo a una serie de alteraciones psicofísicas experimentadas por el docente que se traducen en 3 ó 4 síndromes (Fatiga Psíquica-Distress; Ocupacional-Sindrome de “Bournout” o también conocido como el Docente “Quemado por el Sistema” y el Hostigamiento Psicológico-Laboral o Acoso laboral o “Mobbing”), aclaró el profesional.
La incidencia y prevalencia de estas situaciones es de tal magnitud, que “la actividad se ha transformado en una profesión de riesgo, donde el docente debe enfrentarse diariamente a una situación emocional complicado, frecuentemente por un clima nada propicio para desarrollar su tarea, con agresividad e incertidumbre”.
Por esa razón la titular de la FEB, Mirta Petrocini, pidió incorporar estos síndromes y enfermedades en la cobertura de las obras sociales, en especial el IOMA al que están afiliados en forma com pulsiva todos los trabajadores de la educación.
“No sólo la violencia social trasladada a la escuela -como ha quedado mediáticamente demostrado en los últimos días- se señala como la causa de la afectación de la salud y malestar presentado por el docente, sino una serie de situaciones que impactan diariamente en su ámbito laboral, a saber: la inseguridad laboral, el salario, el exceso de alumnado por aula, la pérdida de autoridad educativa y la ausencia de armas sancionatorias a aplicar en situaciones extremas por todos conocidas últimamente en los medios. Por su parte, el dirigente gremial del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos Aires (SUTEBA), Enrique Gandolfo, dijo que la violencia en el aula no es nueva y que no es violencia escolar, “es social”. “Lo que pasa en la escuela es un reflejo de lo que pasa en la sociedad. Los chicos viven mal y están en una situación de riesgo”, dijo Gandolfo.
Agregó que igualmente este no es un problema nuevo. “Lo que es nuevo es que se lo filme como viene pasando últimamente. Tenemos informes médicos que nos alertaban desde hace tiempo sobre el problema psíquico que ocasionaba esta situación en los docentes”, agregó
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