Según los trascendidos a la mujer le pudieron sacar como “rescate” 1600 pesos y dos anillos de oro. La mujer que vive cerca del centro por calle 20, recibió la llamada y los delincuentes la “enredaron” diciéndole que tenía un hijo secuestrado.
El propósito de los cacos era sacarla de la casa y llevarla, supuestamente vigilada hasta cerca del Parador de Omnibus, donde habría dejado el dinero. Una fuente dijo que la víctima habría dejado la plata en una bolsa de arpillera, sobre el puente peatonal que cruza la Ruta 8. Poco después pudo saber que su hijo estaba trabajando en un campo de Pehuajo, se encontraba bien y no había sufrido ningún tipo de contratiempo. En ese momento es cuando la mujer realiza la denuncia.
Según pudimos informarnos el llamado no se realizó –como es habitual desde una cárcel- y los delincuentes a través del teléfono fijo pudieron sacar a la víctima el número del teléfono celular. Con el mismo guiaron a la mujer por boulevard 50 amenazándola que era seguida. En el lugar donde se dejo la bolsa con el dinero se observó una camioneta cuatro por cuatro.
Prevención
Ante este hecho se recomienda tomar algunas prevenciones. Al respecto, damos a conocer algunas de las formas en las que se efectúan estos ilícitos, los cuales en muchos casos tienen éxito debido a que la víctima accede ante la desesperación de creer que un familiar suyo está en peligro de muerte. Todos estos pasos se realizan mediante un teléfono público desde alguna penitenciaría, o un teléfono celular con un chip comprado en comercio y no registrado. Claro que también cuentan con un apoyo logístico desde afuera, ( como seguramente sucedió en el caso Signefredi) porque, sino, no podrían realizar con éxito su fechoría ni tampoco cobrar el dinero, que generalmente consiste en pedir una suma en tarjetas telefónicas para poder usarlas dentro del penal o dinero en efectivo como el que estamos relatando.
Estrategia
Cuando el delincuente se comunica con la víctima le manifiesta que habla desde la vía pública diciendo que hay alguien que sufrió un accidente porque está internado y que el primer contacto que posee el presunto herido es el de él o ella. La segunda metodología es que tiene un familiar secuestrado Entonces, la víctima dice de manera inconsciente el nombre del familiar que puede estar en la calle y le comentan que para constatar que sea él que le pase el número así lo llaman. Si la futura víctima, que en ese instante puede ser invadida por una crisis de nervios, accede a dárselo estará perdida, ya que ahí comienza el “operativo” secuestro. Inmediatamente los delincuentes la calman comentando que no es su familiar el que está internado porque al llamar no suena ese celular. Enseguida, hablan con la que era la presunta víctima y le dicen que apague el celular porque están haciendo operaciones técnicas y su teléfono interfiere con la señal. Con ese móvil fuera de servicio, inmediatamente llaman de vuelta al primer celular y le dicen que su familiar está secuestrado y le piden una suma equivalente en tarjetas telefónicas a pagar en un lugar y una hora determinada. Este parece un procedimiento bastante primitivo que fue muy utilizado cuando aparecieron los primeros casos de secuestros.
Recomendaciones
Ante la creciente cantidad de secuestros virtuales registrados, los expertos en seguridad recomendaron que las personas “no brinden por ningún motivo” el número de su teléfono celular en la vía pública a ningún desconocido., y que ante un llamado no entren en pánico si les dicen que tienen un familiar secuestrado. Además, reclamaron que traten de comunicarse con otros parientes, vecinos o amigos para tratar de averiguar el paradero de la presunta víctima, o esperar un tiempo prudencial para ver si aparece en su propia casa. Otra de las recomendaciones que dan es que no duden en llamar a la Policía para que los especialistas se encarguen de realizar los rastrillajes correspondientes. Y, de esa manera, evitan angustiarse y son asesorados sobre cómo actua
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