Una muestra del apoyo del interior al agro fue, hace semanas, los masivos tractorazos que se realizaron en las principales ciudades bonaerenses, donde participaron miles de personas junto al apoyo del comercio local y la ciudadanía general.
Ahora, un relevamiento realizado por DIB entre cámaras de comercio y entidades intermedias da cuenta de que las simpatías siguen inclinándose a favor del sector agrícola, aunque existe cierto desgaste por la prolongación del conflicto.
“El campo tiene razón, porque la medida (las retenciones a la exportación de granos) es atemporal. Pero tampoco es justo que nosotros sigamos sufriendo. Estamos cansados de esta historia”, manifestó Osvaldo Giapor, presidente del Foro Vecinal de Seguridad de Junín.
Giapor, quien además preside una Sociedad de Fomento en esa localidad, afirmó que “estamos agotados, queremos que el tema se termine”, al tiempo que manifestó que los dos sectores en pugna “están midiendo fuerzas, y eso es estúpido”.
En general, a pesar de que existe una adhesión al tenor de los reclamos, muchos no comparten la metodología empleada para protestar, y algunos se quejan de “cierta intransigencia” de los productores.
En Necochea, por ejemplo, aseguran que “la gente está preocupada por el problema laboral que a muchos les genera. Hay un malestar general por el conflicto en sí”.
El presidente de la Cámara Comercial e Industrial de Necochea-Quequén, Pascual Corapi, aseveró que “el campo tendría que empezar ya a dialogar y buscar un consenso entre los dos”.
Por su parte, en San Nicolás aseguran que “la gente está cansada del conflicto, de la actitud de las dos partes, pero hay una mayor comprensión hacia el campo”.
Luis Perassi, presidente de la Federación Comercial e Industrial de esa localidad, manifestó que “todos dependemos del campo y la ciudad está notablemente afectada, así que nosotros adherimos a esta situación”.
LAS RAZONES DEL APOYO
Hay varios factores que en el interior inciden para lograr este clima: en primer lugar, la cercanía con el productor agropecuario y su trato cotidiano; en segundo lugar, la estrecha relación existente entre la bonanza económica del productor y el desarrollo local. Por último, el hecho de que la protesta “no afecte” directamente a las personas.
En ello influyó mucho la modificación de la estrategia rural, que en el segundo y tercer episodio de la medida modificó su decisión de interrumpir el paso de todo tipo de transporte para evitar el desabastecimiento, un problema que amenazó con provocar un divorcio entre el campo y la ciudadanía a tan sólo 20 días de protesta.
De todos modos, la prolongación del conflicto por un tiempo indefinido y la profunda retracción económica que se manifiesta en las ciudades ayudará a mellar estas simpatías si no se encuentra una pronta salida.
En Olavarría aseguran que “la gente quiere que el conflicto se termine ya”, al tiempo que marcan que “cayó mal el hecho de que los ruralistas salieron muy rápido a rechazar la propuesta”.
José Quintero, presidente de la Federación de Soiciedades de Fomento de Olavarría señaló que “si bien el sector fue beneficiado, no por ello le tienen que meter la mano en el bolsillo”.
“Le pedimos al campo que no hagan desabasteciemiento porque los sectores que nosotros representamos son los primeros que se ven perjudicados”, manifestó el dirigente, al tiempo que informó que “el campo tiene gran apoyo de la población, pero me parece que la gente sabe que es hora de que esto se termine”.
En Chivilcoy, el presidente del Centro Comercial e Industrial, Julio Fontana, declaró que “en un primer momento consideramos justo el reclamo y le abrimos las puertas de la institución, pero cuando esto se transformó en un problema político considerable, entendimos que teníamos que ser más cautos”.
El empresario dijo estar “harto” del conflicto y aseguró que “9 de cada 10 clientes terminan concluyendo lo mismo”.
RETRACCIÓN ECONÓMICA
El apoyo a la protesta rural se transforma en muchos comerciantes en preocupación por la retracción económica que, aseguran, llega al 30 por ciento.
“La situación es más que grave, estamos en terapia intensiva”, asegura Corapi, quien además señaló que “se cortó la cadena de pagos y comenzaron a aparecer cheques rechazados”.
Fontana, por su parte, estimó que las caídas de las ventas llegan a un 30 por ciento, y aseveró que “la industria Pyme afectada al campo está semiparada, con presupuestos listos que fueron suspendidos por el conflicto”.
En tanto, Jorge Serrano, presidente de la Cámara de Comercio de 25 de Mayo, se animó a estimar una retracción del “40 por ciento en las ventas”.
GRISADO
ALFREDO RODES: “HAY ESPÍRITU DE SOLIDARIDAD”
El director ejecutivo de Carbap, Alfredo Rodes, asegura que el apoyo de la población “se da con más fuerza que nunca, vemos un entusiasmo muy grande. Los productores tienen todo el apoyo del comercio y la industria, que el lunes cerrará sus puertas en solidaridad con el campo”.
“Incluso la ciudadanía nos apoya en lugares donde el productor no lo pide: les llevan al piquete comida, bebidas, hay un espíritu muy grande de solidaridad, incluso entre los automovilistas que son demorados”, afirma.
¿Influyó el cambio de estrategia de la dirigencia?
La segunda y tercera etapa de la protesta aseguramos que no iba a haber desabastecimiento. No tenía sentido, veíamos que no lo podíamos controlar y era peligroso. No queremos confrontar con la población.
DIPUTADO DURETTI: “SE NOTA UN GRAN HARTAZGO”
Por su parte, el titular de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados bonaerenses, Darío Duretti, menifestó que “en la ciudadanía se nota un gran hartazgo, siente que han abandonado las protestas para dedicarse a la política. Lo acompañaban cuando hacían reclamos económicos, pero no ahora, la gente ha dejado de acompañarlos.
¿Esto se debe por la prolongación del conflicto?
No se si es por eso, sino porque la dirigencia pasó a dedicarse a la política. Además, no se si hubo un apoyo mayoritario. Si hubo algún tipo de solidaridad por algún reclamo, el Gobierno fue dando señales y modificando sus políticas. (DIB) JG
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