El fallo no dio lugar al reclamo de la abogada defensora oficial María Elena Salles. El grado de participación de los imputados ratificado por la Cámara de Venado Tuerto es el siguiente. La abuela María Galeano, está acusada de dar muerte a su nieta, la madre Nelida Galeano esta sindicada como participe primario (sin su complicidad no podría haberse llevado adelante el homicidio) y el padrastro, Carlos Obregón fue acusado de participe secundario ( no tomo parte en la trama del asesinato, pero pudo ayudar a encubrirlo).
Pequeña historia
El pedido de la defensora Salles recayó en Cámara en Feria de Rosario integrada por Otto Gripa García, Juvencio Liberal Mestre y Alberto Bernardini. El 18 de febrero sin resolución fue girado a la Cámara de Apelaciones de Venado Tuerto y de allí a Melincué, con pedido de argumentación a la defensoría oficial. Una vez que el expediente volvió a la Cámara de Apelaciones, los jueces fallaron en acordada ratificando lo actuado por la jueza Elizabet Mangini.
Los acusados cuentan también con la defensa del abogado firmatense Carlos Villalba, quien junto a Salles, intentaron la libertad de los acusados argumentando que la muerte de Lourdes fue causada de forma involuntaria por su abuela.
El homicidio
Lourdes Palliota, de siete años, había desaparecido el pasado 6 de diciembre de 2007 y fue encontrada muerta dos días después en una casa a pocos metros de donde vivía, en la localidad de Wheelwright. La pequeña presentaba un fuerte golpe en la cabeza, producido con un objeto contundente. Las principales sospechas recayeron sobre María Bruno de Galeano (abuela), Nélida Galeano (madre) y su esposo Carlos Obregón (padrastro)
Lourdes vivía, con su madre, su abuela, sus tres tíos y, en ocasiones, con la pareja de su madre. Cuando los familiares fueron a denunciar la desaparición ante los oficiales de la Comisaría Novena de Wheel- wright, la nena ya habría estado muerta.
La habría matado su propia abuela con un objeto contundente que sería el palo de un secador de piso que la desnuco y le habría causado un gran hematoma en el sitio. Minutos antes la pequeña rebozaba alegría. El jueves trágico a las 18.30, se acerco al comercio “Kioskito”, ubicado sobre calle Rivadavia frente a la plaza y cuya propietaria se llama María.
Tenía 10 centavos y quiso comprar una golosina. No le alcanzó. Seguramente fue hasta donde trabajaba su madre cuidando a una mujer mayor, en una casa ubicada sobre la calle Moreno a media cuadra de la plaza y le pidió otras monedas. Regreso al kiosco cinco minutos después y se llevó un alfajor.
Luego habría pasado por la Heladería Copahue y preguntó el precio de un helado. El itinerario siguió e ingresó al almacén “Boaso” que queda en la esquina de Moreno y Rivadavia. Solamente compró 25 centavos de caramelos. Por último, volvió al kiosco con 10 centavos y se llevó un chupetín. Eran las 18.40. A esa hora comenzó el regreso a su casa junto a su madre por calle Rivadavia.
Recorrió ocho cuadras y se habría puesto a jugar con sus amigas. Cerca de las 19.30, la tormenta se hizo sentir. Su madre y sus tías de 14 y 22 años ( hijas de la abuela) salieron a buscarla. No la encontraban. Todos suponen que la abuela la observó y muy enojada le habría pegado, finalmente fuera de si la habría golpeado con el palo del secador que le causo la muerte.
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