Las docentes del Jardín de Infantes 908, quedaron estupefactas. Tres menores que no superaban los diez años se acercaron al edificio escolar y pidieron sacar a una nena bajo pretexto de ser la hermana de uno de ellos. Las maestras se dieron cuenta de la maniobra y expulsaron a los chicos.
Sin embargo los menores se cruzaron y se llegaron hasta un colegio privado donde ingresaron a molestar a los presentes. Los maestros llamaron a la policía que tardó más de veinte minutos en llegar.
La pregunta quedó flotando en el aire ¿Cuál era la intención de los menores? y ¿Por qué lo hicieron?.
Ante está situación sería bueno extremar los controles de entrada y salida de personas en horarios de clases.
Por otro lado, semanas atrás, en un Jardín de Infantes pasó una situación de hondo dramatismo. Una mujer ajena al establecimiento escolar ingreso al edificio y tras de si otra mujer entró persiguiéndola. Las dos personas se trenzaron en una dura disputa. Una de ellas habría llevado un cuchillo.
En una casa del barrio 9 de Julio, un hombre en forma repentina habría ingresado a una vivienda recriminando la actitud de un adolescente con su hijo.
Los trascendidos indican que hubo persecución y se vivieron momentos de angustia con la madre del alumno perseguido. El chico concurre a un colegio religioso privado, y el motivo de la presunta agresión del padre hacia el menor, sería las molestias causadas por la repetición de un sobrenombre.
En el mismo sentido, solo basta estar en algunas de las calles aledañas a las escuelas cuando las clases finalizan y se podrán observar peleas callejeras (mayoritariamente chicas de entre 13 y 14 años), lanzamiento de objetos contundentes y molestias a los vecinos.
En una escuela céntrica, el año pasado se habría encontrado escondidas, petacas con bebidas alcohólicas, profilácticos y otros elementos. Los chicos iban a ingerir la bebida en los recreos.
Por información con que cuenta Colón Doce el mayor problema sería el abuso sexual que sufren algunos menores de parte de padrastros.
En una escuela existiría un caso gravísimo, sumado a hechos de todo tipo. En otro colegio privado, una maestra dejó un portafolio luego de una reunión, cuando volvió le faltaban dinero y elementos valiosos.
También otras personas sufrieron el percance. En una escuela pública con varios niveles de enseñanza, a la portera le robaron dinero en dos ocasiones en lo que va del año. La trabajadora había dejado la cartera en una especie de oficina.
En otra escuela pública muy céntrica, hace algunas semanas personas desconocidas hurtaron un televisor y una jornada después el control remoto.
En la Escuela Estrada, en horario de la mañana, una adolescente fue arrastrada por varios varones al baño. No ocurrió algo más grave porque una compañera avisó a las autoridades que deben cuidar.
El año pasado un caso similar pasó en otra escuela., durante la hora de los recreos. Los episodios se van sumando y obligará a los docentes a tomar recaudos extras.
| 
