El hurto de un ciclomotor en la puerta de la Escuela Nº 1, desnuda las fallas en el sistema de investigación de los delitos en nuestra ciudad. El ciclomotor habría sido robado el jueves pasado cuando estaba estacionado en las puertas del establecimiento escolar ubicado en calle 48 y 18. (tal cual lo publicáramos en la pasada edición)
La víctima fue una docente de apellido Fernández. Un familiar comenzó la investigación y civiles aportaron un dato fundamental. Una versión indica que le señaló la ubicación donde estaba el pequeño vehículo. Solo habrían pasado pocas horas entre el robo y el hallazgo.
Con los datos aportados los propietarios pudieron encontrar el ciclomotor detrás de las vías en un tupido cañaveral. Estaba completamente desarmado y los responsables del ilícito al ver el cariz que tomaba la situación huyeron.
Alguien llamó a la policía para que intervenga en la investigación. Un patrullero cargó las partes encontradas las llevó a la Comisaría y desde allí avisaron a la víctima del hallazgo.
Las preguntas
En los últimos años fueron cientos los ciclomotores desaparecidos y miles las bicicletas robadas. Nunca se pudo dar con las organizaciones encargadas de tan extendido ilícito y que cuesta grandes sumas de dinero a tantas víctimas.
Los colonenses perdieron decenas de miles de pesos con el robo de motos, ciclomotores y bicicletas. Semejante cantidad de unidades robadas y hurtadas, necesita una organización delictiva aceitada para desarmarlas o repintarlas e ingresarlas al circuito comercial. Jamás fueron atrapados.
Sin embargo un vecino de Colón pudo en apenas minutos encontrar datos verdaderos de donde hallar el ciclomotor “levantado” frente a la Escuela Nº 1. ¿Qué está fallando? ¿No es hora que las autoridades reflexionen?
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