En colonense fue detenido en la Departamental Judicial de Junin por intentar estafar con cheques denunciados como robados. El hecho ocurrió en la tarde del jueves, en un local de venta de autos de Avenida Rivadavia en Junin.
Un individuo mayor de edad, oriundo de nuestra localidad fue aprehendido por personal policial de Comisaría Segunda, al mando de los oficiales Ríos y Gónzalez. El estafador que sería de apellido Borettini y con domicilio en algún sector de calle 58 del barrio Belgrano, se presentó en una agencia de autos ubicada en Av. Rivadavia, a metros de Ruta Nacional Nº 188, con documentación falsa.
Según una fuente confiable, el hombre ingresó a la concesionaria con el propósito de adquirir un auto.En su cartera de mano llevaba cheques denunciados como robados y procedentes de Bancos localizados en San Miguel (conurbano) y Zárate.
El colonense bien vestido y con vocabulario acorde, comenzó a pedir precios por los autos de modelos avanzados mientras se percataba del estado del motor y carrocería. Nada hacía sospechar a los vendedores de la maniobra ilícita que estaba pergeñando.
El modus operando era el siguiente: presentaba los cheques denunciados como robados en otras localidades y pedía plazo de pago treinta días. Los responsables de la agencia de autos ingresaban al sistema por Internet y los valores al cobro “no estaban en el grupo de denunciados o extraviados, corroborando los demás datos acordes a la normativa”.
Sin embargo el estafador no cálculo que alguien ya lo había visto realizar la estafa . Un vendedor que había prestado servicio en otra concesionaria de Junin, lo reconoció porque había realizado la misma maniobra con cheques con la compra de un auto.
Rápidamente se llamó a la policía y el colonense fue detenido. Los policías averiguaron los antecedentes y el sujeto, tenia pedido de captura por el delito de estafas. Al parecer, anteriormente había adquirido en agencias locales, automóviles con cheques sin fondos, y por esto los damnificados realizaron las denuncias correspondientes que permitieron aprehender al estafador.
Situación repetida
La historia indica que este tipo de maniobras delictivas donde están involucrados colonenses se reparten por diversos lugares. Es así que podemos nombrar Trenque Lauquen, Mar del Plata, Venado Tuerto. La última ocurrió en agosto de 2006, en la ciudad de Rosario un hombre con cheques de una cerealera de Wheelwright realizó dos “cuento del tío” en Rosario, estafando en 25 mil pesos a dos concesionarias de motos 0 kilómetro.
El delincuente llegó de traje y corbata a una concesionaria de motos Rápidamente se puso de acuerdo con el vendedor para adquirir dos pequeños vehículos cero kilómetro. El pago sería mediante cheques. El embaucador para demostrar la solvencia económica dio los datos de cuentas bancarias de una cerealera de la vecina ciudad de Wheelwright. El propietario del comercio y de acuerdo a las normas preventivas que se siguen en estos casos, llamó a la entidad bancaria, respondiendo que la firma era solvente.
Pero la vida siempre te da sorpresas. Cuando los cheques fueron rebotados en una suma cercana a los 9 mil pesos el concesionario comprobó no sin un disgusto que había caído en un viejo “cuento del tío” que se volvía a reeditar justamente con su persona. En estos casos la ley de Murphi es infalible. Un hombre vestido con saco y corbata llegó a bordo de un Renault Scenic. Sin titubear ingresó a la concesionaria Plaza Motors, ubicada en bulevar Avellaneda al 200 de Rosario.
El hombre dueño de modales refinados y buena oratoria, entró rápidamente con el vendedor y no hizo sospechar que comenzaba a transitar el camino del engaño económico. El estafador no dudo y rápidamente señaló que era representante de una cerealera de Wheelwright El dialogo fue normal y se mostró predispuesto a comprar dos motos destinadas a los cadetes que debían realizar trámites.
El vendedor comenzó a mostrarle el parque automotor. El comprador se interesaba en los detalles (motor, velocidad, gomas, cambios). Luego de un rato de recorrida por el amplio local eligió una Honda Bizz de color azul y una Honda Dax de 70 cc. Una vez elegida la mercadería comprador y vendedor comenzaron a discutir la forma de pago de los nueve mil pesos. El mismo se realizó mediante dos cheques del banco Bisel. Los valores pertenecían a la cerealera de Wheelwright.
La cuenta tenia una abultada suma de dinero. Los cheques fueron hechos al portador por 4300 pesos y el resto otros 4700 pesos con treinta días de plazo. Todo era normal. El cheque fue canjeado en el banco Galicia donde el comerciante tenía cuenta. El retiro de las dos motos fue muy bien organizado. No fue el comprador. Por la concesionaria pasaron un comisionista y la restante, un hombre joven se presentó como cadete de la empresa cerealera. La estafa quedó al descubierto cuando el banco Galicia quiso hacer efectivo los valores. El banco Bisel contestó que los cheques no sólo eran robados sino que también habían sido adulterados. Poco después se supo que los dueños de otro comercio de venta de motos habían sido estafados con el mismo ardid. En la segunda concesionaria la maniobra delictiva alcanzó a 15 mil pesos.
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