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30/04/2008
El sueño imposible

Cada vez es más difícil el acceso a la casa propia


plan-social-300408 (36k image)Mientras las dificultades para acceder a la vivienda propia alcanzan a un importante número de personas por las exigencias de los bancos a la hora de calificar quien es apto para obtener un crédito hipotecario, la construcción de nuevos departamentos en distintas ciudades del territorio bonaerense es un fenómeno que mantiene su vigencia...


En la provincia de Buenos Aires solo el 15 por ciento de las viviendas se compran a través de créditos hipotecarios, después de la crisis de diciembre de 2001 los bonaerenses con mayor poder adquisitivo ya no dejan sus ahorros en los bancos y apuestan su dinero a la inversión inmobiliaria.


Sin embargo, para los sectores medios y bajos el sueño de la casa propia es cada vez más difícil de alcanzar. Según datos de la Cámara Inmobiliaria de la provincia, lo paradójico es que “la imposibilidad para muchos de llegar a la casa propia es el fenómeno que atrae el interés de los inversionistas, porque compran lo que otros no logran alcanzar para después alquilarlo a estas mismas personas”.
En Colón comprar un terreno es una quimera para los jóvenes y familias de clase media. En el 2001, en un remate del denominado barrio “El Mangrullo” se vendieron lotes desde tres mil pesos.


En el presente cuestan más de cuarenta mil pesos. Una casa que costaba setenta mil pesos en el presente cuesta el triple. Una persona nos dijo “ son precios que no se pueden mantener en el tiempo, los que invirtieron en los últimos años ganaron, pero en el presente se paga mucho y hay que ver si deja el mismo rédito a los inversores”.


Tampoco existen créditos en los bancos accesibles a gran parte de la sociedad colonense. El buen momento del banco y la desconfianza en las entidades financieras hizo que aumentaran las casas, lotes, y la mano de obra dedicada al rubro. Una queja que se siente en las calles colonenses es que “ los sectores más carenciados llegan a la casa a través de los planes sociales, los sectores pudientes pueden acceder a un crédito a directamente a la casa, sin embargo la clase media que es la que más soporta las cargas de los impuestos, no puede tener acceso ni a créditos ni a la casa por medio del Estado”.

Créditos


El titular de la Cámara Inmobiliaria de la provincia de Buenos Aires, Santiago Mamberto, precisó que, aunque los créditos hipotecarios no están trabados, el dinero que los bancos otorgan a sus clientes no resulta suficiente para poder adquirir la propiedad deseada.
La traba principal es la escasez de viviendas para comprar en la franja de valores a la que puede acceder una pareja de poder adquisitivo medio para comprar su primera vivienda.


A través de créditos hipotecarios, generalmente una familia integrada por dos adultos que trabajen -con un sueldo en blanco de entre 3500 a 4000 pesos- puede llegar a sacar una suma aproximada de los 90 a 100 mil pesos.


El problema es que por ese valor es casi imposible –en la mayoría de los distritos bonaerenses- conseguir una vivienda con dos habitaciones, en condiciones óptimas para vivir. Para lograr esa meta es necesario contar con al menos 40 mil pesos más en la mano.
En síntesis, los que tienen acceso a un crédito, con el dinero que les dan los bancos por sus sueldos en blanco, no les alcanza para llegar a la casa propia. Entonces, la mayoría prefiere alquilar a comprar algo más chico y más alejado de la zona donde residen.


Durante muchos años, los argentinos se volcaron al crédito hipotecario para poder acceder a una vivienda propia. Sin embargo, hoy es una opción difícil de alcanzar. Los números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) indican que el 27 por ciento de las familias que residen en los conglomerados urbanos del país viven en inmuebles alquilados, y que de ese grupo de familias, sólo el 8 por ciento tiene ingresos familiares mensual superior a los 3500 pesos.


Al respecto, Mamberto, explicó que efectivamente “son muy pocos los que acceden a la compra de su primera vivienda a través de un préstamo bancario”
Según datos del Reporte Inmobiliaria, sólo el 8,7 por ciento de quienes escri- turaron una propiedad durante 2007 la adquirieron a través de créditos.


Los que compran


En ese contexto de fuerte demanda de alquileres, «el que tiene algo de plata guardada para invertir compra departamentos y sabe que los alquila seguro con una rentabilidad interesante”, dice Mam- berto.
Desde la Cámara Inmobiliaria estiman que ocho de cada diez compradores de departamentos nuevos adquieren la propiedad para alquilar y no para vivienda propia.


El razonamiento que hacen en las inmobiliarias es que si una persona compra un departamento de 40 mil dólares puede obtener 800 pesos por mes de ganancia y si esa plata se guarda en el banco prácticamente no existe el interés. Por eso, suponen que en la medida que haya dinero para comprar, por parte de estos pequeños o medianos inversores, seguirán haciendo y comprando departamentos, porque saben que se seguirán alquilando a la gran franja que no puede comprar.


Alquilar es una aventura


Alquilar es, cada vez más y para un mayor número de bonaerenses, una misión imposible: sólo en 2007, según estadísticas oficiales publicadas por el Indec a principios de este año, los contratos aumentaron 2,5 veces más que la inflación. Y de la mano de ese inmoderado ritmo de aumento, florecen todo tipo de arbitrariedades, que empujan hacia abajo la calidad de vida de miles de familias. En Colón prácticamente las casas en alquiler no existen, o se pide un precio que para muchos es imposible pagar. Una casa en el casco céntrico puede llegar a los mil pesos de alquiler.


En los barrios se llega a pagar 600 pesos mensualmente. Una primera consecuencia de ese nivel de aumentos impacta en la calidad de la vivienda: al momento de renovar contratos que vienen con precio duplicado, muchos inquilinos terminan cerrando trato por propiedades más chicas o de menor calidad, pero que salen al mercado al mismo precio que la que tienen que abandonar porque no pueden pagar el aumento.


Frente a eso, el plan oficial para convertir en propietarios a los inquilinos, vía créditos a 30 años con valor de cuota alquiler, se transformó en un sordo fracaso. Para comprobarlo basta una sola comparación: se entregaron unos 8 mil créditos en todo el país, donde hay 1.1670.000 inquilinos.(Datos Virginia Pignaton DIB)


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