(DIB) Desde la dirección de Epidemiología de la cartera sanitaria informaron que este año, en la semana epi- demiológica 38, se confirmaron 61 casos de tos convulsa o coqueluche, 20 más que los registrados en el mismo período del año pasado. Por eso, el ministro de Salud provincial Claudio Zin, anunció la puesta en marcha de una campaña de vacunación intensiva, prevista para el mes próximo, cuya meta es que todos los niños estén inmunizados contra este mal. Es que si bien la coqueluche tiene tratamiento con antibióticos, puede dejar serias secuelas respiratorias, afectar al sistema nervioso central de los lactantes y, en el peor de los casos, provocar la muerte.
Los infectólogos se indignan frente al aumento de casos por la sencilla razón de que el calendario nacional de vacunación prevé dosis gratuitas de vacuna cuádruple (que inmuniza contra la difteria, la tos convulsa y tétanos) a los dos meses de vida más un refuerzo a los cuatro y otro a los seis meses. “Lo importante es que la mamá esté atenta al calendario, que no se quede con la primera dosis porque de ese modo se está jugando con la vida del chico”, dijo Silvia González Ayala, jefa de Infectología del Hospital Sor María Ludovica de La Plata. La experta señaló que la escalada de tos convulsa no es nueva, que en su servicio la vienen notando desde el 99 y que recién ahora “las autoridades nos están escuchando para darle difusión al problema y promover la vacunación”.
Que produce
La principal característica de la tos convulsa o co- queluche – que es generada por la bacteria bordetella pertussis-, son los ataques de tos seca (no catarro), “luego de toser un rato sin poder parar, el niño carga aire y hace un ruido muy característico de la enfermedad que nosotros llamamos estridor o ‘gallo’”, explicó González Ayala, y agregó que en los lactantes suelen producirse apneas, “es decir, que dejan de respirar por unos instantes y finalmente, después de cuatro a seis accesos de tos de este tipo, el paciente queda muy agitado y, si puede, elimina por boca un líquido viscoso que tiene la misma apariencia que una clara de huevo”. El problema se agrava en los menores de seis meses, explicó la especialista, “que al no poder eliminar ese moco lo traga y luego vomita”.
Después de semejante esfuerzo marcado por la tos, la falta de aire y el agotamiento del niño, aumenta la presión arterial y esto puede provocar hemorragias, el agravamiento de hernias -si las hubiera-, prolapso rectal además de secuelas graves, entre las que figuran las obstrucciones respiratorias e, incluso, la afectación del sistema nervioso central.
El contagio de la tos convulsa se produce cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. En esos momentos las secreciones que expele quedan en el aire y pueden ingresar al organismo de otra persona, sobre todo si se trata de un niño que no recibió la vacuna cuádruple y, por consiguiente, está totalmente al descubierto y desprotegido contra esta afección.
Números y Alertas
Desde la Dirección de Medicina Preventiva del Ministerio de Salud provincial miran con atención el incremento de los casos de tos convulsa, en especial, durante los períodos 2006 y 2007. En rigor, hace dos años se notificaron al Ministerio un total de 435 casos de los cuales 35 fueron confirmados por análisis de laboratorio, 19 descartados mientras que de 371 no se remitieron los datos finales.
El año pasado, en tanto, las notificaciones por casos presuntos de coqueluche trepó a 1.183. De ese total se confirmaron 352 casos, mientras que 496 fueron descartados (es decir que no se halló la bacteria en los análisis) y 335 no aportaron datos finales.
En este sentido, el director de Medicina Preventiva Alejandro Costa, dijo que “si bien es probable que la mayor cantidad de casos se deba a que los médicos notifican mejor y por lo tanto tenemos mejores registros, no hay duda de que el número de afectados crece año a año en forma notable y es hora de que se tome conciencia respecto de la importancia de la vacunación”.
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