Los vecinos de Sarasa con una misiva a la que adosan más de cincuenta firmas piden su remoción al cargo de Delegado de Sarasa y aportan videos con la situación que les toca vivir a diario. La localidad, ubicada a 27 kilómetros de Colón no tiene acceso asfaltado y lucha por no extinguirse.
Nada quedó de aquellos días donde había panadería, supermercadito, dos carnicerías, más de cien alumnos en la Escuela, y pequeña fábrica de lácteos. En el presente las colonias aledañas están despobladas y solo quedan en algunas chacras restos de taperas.
Con respecto a la actual situación un vecino de Sarasa señala “da bronca, al actual Delegado se lo ve con más celulares que manos, pero no aporta una solución”.
En los videos caseros que nos acercaron los vecinos cuesta creer que se trata de una población enclavada en el medio de la zona agrícola más rica del país.
Las calles los días de lluvias son intransitables, con grandes pozos, barro y agua en las banquinas que parecen caudalosos arroyos.
La pequeña plazoleta frente a la Capilla y donde simé- tricamente se dispusieron canteros de cementos para que se coloquen las plantas ornamentales está llena de pintorescos cardos y yuyos variados. Falta de ideas
Un camino alternativo que construyo la Municipalidad de Colón con una pala champión, en el presente es intransitable por las malezas (más de un metro de altura) y los pozos que en algunos casos hacen temer por la integridad física. El camino es usado por los menores para llegar a la escuela.
El tanque de agua que aprovisiona el pueblo hace años que no se limpia y luego de las lluvias se observan pequeñas lagunas en distintas zonas que perduran por semanas. Solo bastaría una pala mecánica, tierra relleno y desnivelar.
Una vecina dice, «en Sarasa no se necesita mucho, pero no se puede pedir peras al olmo, no sabe gestionar y no hay ideas para solucionar los problemas».
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