A los casos de traficantes de estupefacientes oriundos de Colón y beneficiados con arresto domiciliario se agrega otra resolución de las mismas características en Pergamino. La pregunta es ¿de que lado estamos?.
Una de las personas implicadas en una causa por comercialización de drogas y tenencia ilegal de armas de guerra domiciliada en Pergamino fue beneficiada con el arresto domiciliario.
El sujeto había sido detenido en el marco de un mega operativo, que se llevó a cabo el 10 y 11 de noviembre de 2007 en Pergamino.
De los 10 detenidos, tres recuperaron la libertad a las pocas horas por considerarse que eran meros consumidores, pero sobre el resto pesaron otros cargos. Con el paso de los días, a algunos se le dio el beneficio del arresto domiciliario, entre ellos a una mujer en atención que es madre de un niño de corta edad. En consecuencia, quedaron cuatro detenidos en calabozos, uno de ellos el sujeto al que ahora se le extendió la prorrogativa de que cumpla con la detención en su domicilio.
Esta decisión del Juzgado de Garantías Nº 2 a cargo del Dr. Guillermo Caturla de Pergamino llamó la atención en el ámbito de la Fiscalía, según trascendió de fuentes allegadas a la misma, ya que se considera que los elementos de prueba en contra de esta persona serían lo suficientemente acabados como para mantenerlo tras las rejas.
Los casos en Colón
Un caso en Colón de beneficio con arresto domiciliario dictaminado por la Justicia fue el de Javier Medina. El ultimo procedimiento fue realizado en una carnicería de calle 56 y 18 que era propiedad del vendedor de cocaína cuyo apodo es el de “Palomo Medina”. Al comercio y por las investigaciones realizadas ingresaba gran cantidad de gente joven que seguramente compraba el estupefaciente.
El operativo se realizó en enero de 2008 y se secuestro nuevamente estupefacientes. El detenido Javier Medina gozaba de libertad domiciliaria con la denominada pulsera electrónica. Cabe destacar que hace dos años y en la misma carnicería se realizó otro procedimiento. En esa oportunidad el fiscal Horacio Oldani y los agentes de Narcotráfico de la Policía Bonaerense ingresaron al pequeño mercado . Detrás del mostrador se encontraba “El Palomo”
En el interior de una riñonera, los agentes habrían encontrado 133 gramos de cocaína. La prueba en su contra parecía inapelable. En otros sitios la policía secuestró cortes y otros elementos para comercializar estupefacientes. La historia se repetía con una sincronización inusual.
También el jueves 4 de octubre de 2002, policías federales detenían al “Palomo” por posición de centenares de dosis de cocaína.
En esa ocasión, un testigo encubierto que relató al Juez Carlos Villafuerte Ruzo, en el año 2001 que el «Palomo Medina» comercializaba drogas y que además gozaba de protección policial.
Sobre los mismos se realizaron numerosas escuchas que fueron aportadas a la profusa causa. En las escuchas serían numerosos los teléfonos detectados en aquella oportunidad desde donde pedían estupefacientes. El informe realizado por personal policial de la Federal es contundente “en el domicilio de Medina se realizaban las transacciones de sustancias prohibidas”.
Los procedimientos comenzaron exactamente a las 0,30, del jueves 4 de octubre de 2002, cuando cuatro móviles llegaron a la quinta propiedad del “Palomo Medina” situada en calle 56 entre 128 y 129. Los policías un total de ocho bajaron de los vehículos y comenzaron a golpear las puertas (una de costado y una al frente) y una ventana que tiene la vivienda.
Según una fuente de la policía federal se encontró 300 gramos de cocaína y 200 gramos de marihuana. Ambas de altísima pureza. No se hallo sustancias de corte (para rebajar la cocaína) ni nacional o importada. Los policías sospecharon que se cortaba con maizena debido a que se halló una caja de este elemento. Se presume que el estiramiento de la droga era de muy baja calidad. Con 300 gramos de cocaína de extrema pureza como la que se halló, se podría duplicar la cantidad haciendo los respectivos cortes. En total se habría podido fabricar 600 dosis lo que daría un valor cercano en aquella época a los 6000 pesos.
El Tribunal Federal de Rosario condenó al colonense Mario Javier Medina a la pena de 5 años y seis meses de prisión, una multa de 500 pesos e inhabilitación por el tiempo que dure la condena, al hallarlo responsable de el delito de comercialización de estupefacientes. Sin embargo a este sujeto se le dio arresto domiciliario luego de ser detenido por primera vez por la justicia bonaerense. El interrogante es ¿Por qué este beneficio?.
El caso del pampeano
El caso del pampeano no tienen parangón. El Juez de Garantías César Solazi dispuso que realizara el arresto domiciliario en un geriátrico de San Nicolás, donde en los primeros días se escapó y se tardó casi un año en atraparlo cerca de Rufino donde seguía comercializando drogas.
En Colón se lo conocía como “El pampeano”, o el “El herniado” y se tenía dudas sobre su verdadera identidad. Los organismos de seguridad lo identificaron como Juan José Ríos En el primer procedimiento realizado por orden del fiscal Juan Andrés Gracia, secretaria del Dr. Horacio Oldani se lo acusaba de tener bagullos de marihuana en una quinta ubicada en las afueras de Colón, camino a la Escuela Nº 14. El hombre misterioso se comprobó que había nacido en Lazzarino, provincia de Santa Fe.
En los antecedentes remitidos por los organismos estatales, el detenido tiene una causa judicial abierta con condena en la ciudad de Santa Rosa, provincia de La Pampa, donde se lo acusaba de portar dinero falsificado.
Además tendría otra causa judicial en Casilda, Santa Fe por robo calificado.
El último informe proviene de Trenque Lauquen por robo simple, en concurso real y hurto simple.
La caída
En el 2007, cayó Juan José Ríos alias “El Pampeano”, “El herniado” quien se había profugado el viernes 27 de octubre de 2006 cuando se hallaba cumpliendo una prisión preventiva morigerada con arresto domiciliario en un geriatrico.
El “Pampeano” estaba imputado de privación ilegal de la libertad, amenazas, venta al menudeo de estupefacientes en concurso real según los artículos 142 inciso 1º y 55 del Código Penal y artículo 5 inciso “C” de la ley de estupefacientes 23.737.
El procedimiento llevado a cabo en el sur de Santa Fe fue fruto de una serie de medidas que incluyeron solicitud de información a la Central de Información del Crimen Organizado (I2), cruzamiento de llamadas, seguimientos, pesquisas, tareas de reunión de información en toda la zona de posible movimiento del profugo.
Las tareas del grupo de inteligencia pudo determinar la existencia de una hermana del imputado Ríos domiciliada en Chubut al 600 de Rufino y del padre que habita una vivienda en las calle San Jerónimo de la misma ciudad.
Juan José Ríos es un sujeto de altísima peligrosidad y cuenta con antecedentes penales por delitos de la modalidad secuestros extorsivos, piratería del asfalto, asalto a entidades crediticias y camiones de caudales, falsificación de monedas, formando parte de las bandas que ha asolado durante años el norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe, La Pampa y Córdoba.
¿ La pregunta es como se le pudo dar arresto en un geriátrico?
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