Una amiga intima de María Bruno de Galeano (abuela de Lourdes) dio la pista. La habría matado con un objeto contundente que sería el palo de un secador de piso.
La pequeña Lourdes María Palliota de siete años apareció muerta en el interior de una casilla de gas, frente a la vivienda de calle Chile al 540 de Wheelwright. El sitio se encuentra a menos de 50 metros de la casa familiar.
En esa casa que pertenece a una familia de apellido Dahi (relacionado con Colón) habitan tres jóvenes; Juan Manuel (19), Diego Fernando (15) y Pablo Javier (13). Fue precisamente al mediodía que la novia de Juan Manuel, Anahí Gisella, se percató de un olor nauseabundo. Le avisó a su novio y juntos se acercaron hasta el lugar para luego avisar a la policía.
El cuerpo de la pequeña que estaba pérdida desde el jueves pasado a las 19.30, se encontraba dentro de una bolsa de yute sintético, color blanca y estaba vestida con la misma ropa que había de- saparecido. Su cuerpo estaba apretujado y con las piernitas encogidas en posición fetal. En el antebrazo habría tenido magullones de los golpes recibidos en una clara actitud defensiva.
Los primeros indicios
El cadáver de la menor fue encontrado cerca de las 12.30 hs del lunes y despedía un fuerte olor por la avanzada descomposición. Por el estado en que se encontraba el cuerpo suponen que el agua que había ingresado en la bolsa tras la tormenta de la madrugada del domingo (mas de 20 milímetros) podría haber acelerado el proceso de putrefacción del cuerpo.
Todo indica que podría haber estado en el techo de la casa o de un viejo galpón a la intemperie y expuesta al sol y al agua. El cuerpo por la deformación que presentaba no pudo ser identificado a simple vista, pero los familiares (incluida la abuela) en base a la ropa que la pequeña llevaba puesta, señalaron que se trataba de Lourdes.
La niña fue vista por última vez cuando vestía una remera con un dibujo de Patoruzito y un pantalón pescador turquesa con rayas blancas, sandalias de goma de color crema y llevaba consigo un plato plástico, color rojo.
Los últimos pasos
Cuando los familiares fueron a denunciar la desaparición ante los oficiales de la Comisaría Novena de Wheel- wright, Lourdes ya habría estado muerta. La habría matado su propia abuela con un objeto contundente que sería el palo de un secador de piso que la desnuco y le habría causado un gran hematoma en el sitio. Minutos antes la pequeña rebozaba alegría. El jueves trágico a las 18.30, se acerco al comercio “Kioskito”, ubicado sobre calle Rivadavia frente a la plaza y cuya propietaria se llama María.
Tenía 10 centavos y quiso comprar una golosina. No le alcanzó. Seguramente fue hasta donde trabajaba su madre cuidando a una mujer mayor, en una casa ubicada sobre la calle Moreno a media cuadra de la plaza y le pidió otras monedas. Regreso al kiosco cinco minutos después y se llevó un alfajor.
Luego habría pasado por la Heladería Copahue y preguntó el precio de un helado. El itinerario siguió e ingresó al almacén “Boaso” que queda en la esquina de Moreno y Ri- vadavia. Solamente compró 25 centavos de caramelos. Por último, volvió al kiosco con 10 centavos y se llevó un chupetín. Eran las 18.40. A esa hora comenzó el regreso a su casa junto a su madre por calle Rivadavia Recorrió ocho cuadras y se habría puesto a jugar con sus amigas.
Cerca de las 19.30, la tormenta se hizo sentir. Su madre y sus tías de 14 y 22 años ( hijas de la abuela) salieron a buscarla. No la encontraban. Todos suponen que la abuela la observó y muy enojada le habría pegado, finalmente fuera de si la habría golpeado con el palo del secador que le causo la muerte. Ahora la justicia deberá determinar el grado de participación de la madre y el padrastro como encubridores.
¿La mecánica de la muerte?
Una de las cosas que llaman la atención es el secador de pisos. Se debe recordar que en el momento que la nena habría llegado a la casa mojada por el efecto de la lluvia, la abuela pudo estar secando el piso. En ese momento la mujer podría haber retado a la nena y habrían llegado los primeros golpes que dieron en el antebrazo. Luego la nena se pudo dar vuelta para escapar y es allí que le pudo pegar en la espalda y luego fuera de si y utilizando el palo del secador como si fuera un bate de béisbol la habría golpeado en la nuca (entre axis y atlas). El golpe habría “desnucado” a la nena.
La abuela entonces al darse cuenta de lo sucedido la escondió bajo la cama primero y luego con el correr de las horas la cambió de lugar probablemente al techo de la vivienda. La testigo que declaró (amiga intima de la abuela) habría visto el cuerpo de la nena debajo de la cama. También se encontraron en ese sitio rastros de sangre.
En este punto se estaría aclarando la suerte de los demás componentes de la familia. Una hipótesis es que la abuela escondió el cadáver debajo de la cama y nadie de la familia se enteró. Entonces se dirigieron a denunciar la de- saparición. La segunda hipótesis es que todos los que estaban en la casa supieron de la situación. En cualquier caso la mente humana tiene laberintos insondables y desconocidos.
Perros rastreadores
Los perros rastreadores traídos de Rosario pasaron por la casilla de gas el viernes y sábado. Esto a prima facie indica que el cuerpo fue arrojado entre el domingo y el lunes a la madrugada. Incluso a las siete de la mañana pasaron los empleados de la comuna que recogen los residuos y no se percataron del olor que despedía el cuerpo.
Con respecto a los perros y su presunta ineficacia para encontrar el cuerpo, una fuente indicó que al salir la búsqueda de la casa familiar, los canes muy adiestrados sintieron los “olores” que Lourdes dejo en la casa en vida (pisadas, ropas, etc) confundien dolos, incluso a sus propios entrenadores. Por otro lado, una fuente dijo que un perro con posterioridad al hallazgo hizo el recorrido que tuvo el cuerpo de la menor antes de ser depositado en la casilla de gas. El lugar de origen es la casa de María Bruno de Galeano, la abuela de Lourdes. Su vida
Lourdes vivía, con su madre, su abuela, sus tres tíos y, en ocasiones, con la pareja de su madre. En la causa judicial ya estarían acreditados episodios de enorme violencia de su abuela. A la hija menor de 14 años en una ocasión le habría pegado con un alambre hasta casi matarla.
Nadie podrá saber nunca que pasó por la mente de esta mujer. La pequeña Lourdes yacía en una bolsa dentro de la cabina de gas. La abuela lloraba en la casa aledaña y pedía que se la devolvieran con vida. Era una escena dantesca. Cuando salió la ambulancia llevando el cuerpo, comenzó a gritar y se desvaneció. Fueron pocos segundos. Un periodista de Colón Doce se acercó a sacarle una foto y sintió un escalofrío en el cuerpo, al momento de gatillar la cámara, la mujer hizo una mueca como si estuviera buscando una pose. La primer marcha pidiendo justicia se realizó el domingo. La madre de Luordes encabezada la misma y con total tranquilidad accedió a conversar con los medios rogando que trajeran viva a su hija. Ni el escritor más imaginativo podría haber creado personajes tan grotescos.
Los olores
Según los vecinos, en la noche del domingo se sentía un olor nauseabundo pero como en la zona no existen cloacas se atribuía las fuertes emanaciones a un pozo ciego.
Una fuente a la que tuvo acceso Colón Doce indicó que la muerte de la menor se produjo antes de la denuncia policial. El cadáver tenía 72 horas de haber estado a la intemperie. Estaba hinchado. En la cabina de gas se secuestraron prendas de vestir que no pertenecían a la víctima y que serán peritadas en busca de rastros humanos que permitan un posterior cotejo de ADN. En tanto, los peritos hallaron un rastro de sangre que iba desde la casa de la familia a la cabina de gas. Se sospecha que fue arrastrada por la asesina o un cómplice con un gancho, para no tocar la bolsa.
El cuerpo de Lourdes fue retirado con destino al Hospital Gutierrez de Venado Tuerto donde se realizó la autopsia luego de que el cadáver fuera refrigerado para poder de esta manera trabajar los médicos.El caso esta a cargo de la Dra. Elizabeth Mangini que habría ordenado realizar pericias en el Instituto Médico Legal de Rosario.La madre de la pequeña se encontraba internada en el Hospital Samco en avanzado estado de gravidez y ahora se encuentra en el Hospital Gutierrez de Venado Tuerto con custodia policial y en calidad de detenida. El fin de una vida
La niña Lourdes Palliota tenía cutis trigueño claro, ojos marrones, cabellos castaños claros hasta el hombro. Era toda vida y alegría. Tres días después su cuerpo apareció en el interior de una bolsa de yute color blanca. Estaba vestido con las mismas ropas que tenía al desaparecer. La Jueza, Elizabeth Mangini estuvo en el lugar del hallazgo, donde trabajaron los peritos. El comisario Miguel Polenta, jefe de la Unidad VIII, dispuso a varios agentes a rastrear el terreno en busca de pistas. Una vecina de la casa donde fuera hallado el cuerpo de nombre Marta indicó a Colón Doce que los perros rastreadores habían pasado el viernes y el sábado por el lugar y no detectaron nada.
Sin embargo al regresar el lunes cerca del mediodía comenzó a sentir un fuerte olor nauseabundo, no sabiendo de donde provenía. También el sector y las casas de la cuadra fueron recorridas por los Bomberos Voluntarios de Wheelwright y los propios vecinos, no encontrándose, ninguna pista o elemento sospechoso. Un perito que trabajó en el sitió indicó a Colón Doce que la muerte de la nena databa del jueves, luego de su desaparición y que su cuerpo no estuvo en un lugar refrigerado debido a la descomposición que presentaba el cadáver.
Una fuente de la investigación además dijo que seguramente la presión ejercida por la policía y los vecinos hizo que la abuela se desprendiera del cadáver debido al olor que los delataría y buscó un lugar con gente que por su juventud podría ser acusada. En la casa cercana donde apareció el cuerpo y que luego fue allanada, vivían personas con antecedentes policiales. Esto no habría sido ignorado por la persona que “tiró” el cadáver. Una vecina de nombre Mó- nica, indicó a este semanario que el olor habría sido percibido ya el domingo a la noche.
Las pruebas
Los peritos actuantes se llevaron de un predio lindante con la casa donde habitaba Lourdes y donde se encuentra dispuestas bolsas de yute color blanco con trapos y otros elementos en su interior un recipiente similar al que se uso para disponer el cuerpo de Lourdes. También de un recipiente de la basura se llevaron un par de zapatillas, un pantalón y lo que podría ser una camisa. Los agentes recogieron el secador de pisos y las sandalias de la abuela que tendrían manchas de sangre. La vivienda de de la familia acusada y donde residía Lourdes es muy humilde, y en su parte posterior existe un galpón de chapas y una especie de patio que también fue revisado minuciosamente.
A última hora del lunes fueron demorados el padrastro Carlos Obregón y la madre a Nélida Galeano que está embarazada. También estuvo demorada la abuela, María de Galeano, aunque recuperó su libertad a las 18.30 del lunes Al salir, y en medio de una muchedumbre que clamaba justicia, pidió que hallen al asesino “y que se pudra en la cárcel o lo cuelguen”. Desmintió que su hija pueda ser la autora material del hecho y negó que le pegara a Lourdes. Muchos vecinos contradicen los dichos de la abuela y sostienen que era habitual que la niña recibiera palizas de su madre y abuela. El martes de madrugada la abuela fue nuevamente detenida y trasladada a Melincue para que comparezca ante la magistrada actuante Una voz en el teléfono
Carlos Palliota estuvo en pareja con Galeano hasta el año pasado en que decidieron separarse. Vivían en Chabás junto a la nena, quien a pesar de no ser hija biológica de Palliota, este la quería como a su propia hija. “Era mi hija del corazón y no muchos actuaron como yo con Lourdes en estas circunstancias”, explicó compungido. Palliota tenia sospechas “El viernes recibí un mensaje en mi celular indicándome que había que buscarla cerca del frigorífico de Hughes (localidad a 12 kilómetros de Wheel- wright) y lo curioso es que era una voz de hombre. Sólo una persona sabía mi celular y era Nélida. Me da la sensación que querían despistarme”. También a la policía la hicieron ir al Cementerio y hasta actuaron supuestos videntes que decían que la nena estaba muerta y enterrada.
El gancho
Según una fuente a la que tuvo acceso Colón Doce una de las principales pruebas es un gancho tipo carnicero que se secuestró en la casa de la familia involucrada y con la que habría sido arrastrada la nena hasta la cabina de gas. Marcha para pedir justicia
La población de Wheelwright salió a recorrer con una marcha las calles de esa población. Aproximadamente dos mil personas reclamaron “justicia” y terminaron frente a la Comisaría Novena. El comisario Germán Mitre salió a la calle y se comprometió como un miembro más de la comunidad a trabajar por el total esclarecimiento del caso.
Los manifestantes realizaron preguntas en lo que parecía una asamblea popular, y el oficial santafesino, dentro de sus posibilidades y al secreto sumarial contestó a cada una de ellas. Esa noche ya se sabía que la abuela había matado a su nieta. Una amiga intima a la que la mujer le contó lo sucedido había declarado ante la policía. “Ella me dijo, yo la mate”. Otra historia siniestra entró se sumó a las realidades policiales de la región.
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