El miércoles a partir de las 17, la tranquilidad del barrio Rivadavia se quebró. Seis patrulleros con veinte Policías, -algunos traídos de Rojas- la encargada de la Fiscalía Descentralizada, Magdalena Brant, la Instructora Judicial, Susana Gandolfo, y la secretaria de Acción Social, Nilse Marise, acompañada por una visi- tadora social, llegaron a la vivienda ubicada en calle 46 en cercanías de 129 y que había sido usurpada el domingo en horas de la tarde.
La historia nos demuestra una inusual celeridad para resolver la situación de parte de la Justicia y que nos lleva a preguntar si todos los casos de usurpación que hubo en nuestra ciudad se resolvieron en tan poco tiempo.
La historia comenzó el domingo cuando un matrimonio joven usurpó una vivienda correspondiente al plan habitacional de emergencia denominado “33 viviendas” y que había sido entregada hace un mes.
El lunes la familia que había sido propietaria se presentó en el Concejo Deliberante reclamando la devolución de la misma.
La denuncia fue presentada por las víctimas el lunes a las dos de la mañana en la Comisaría local .
El lunes la Fiscalía Descentralizada comenzó a trabajar con la Secretaria de Acción Social, para presentar el pedido de desalojo con los datos de la adjudicación de la vivienda. El requerimiento fue remitido al Juez de Garantías.
El miércoles poco después del mediodía llegó a nuestra ciudad la orden de desalojo. La misma tardó en ejecutarse algunas horas, hasta tanto llegaran refuerzos policiales de ciudades de la zona.
Las versiones
En la tarde del lunes comenzaron a circular diferente versiones. Una de ellas indicaba que la vivienda usurpada estaba deshabitada. Una fuente indicó que habría habido una denuncia y que incluso la Secretaria de Acción Social habría pasado con una planilla para hacer firmar por los adjudicatarios.
La propietaria de la vivienda no habría firmado en dos ocasiones y habría sido citada.
En su descargo dijo que no habría cumplimentado el trámite debido a que cumplía tareas laborales.
Otra versión indicaba que tendría otra casa. Marise desmintió la especie diciendo que la mujer había sufrido una separación y graves problemas familiares.
El desalojo
Tras dos horas de negociaciones la Justicia logró en forma pacifica desalojar la casa. La misma era ocupada por un matrimonio muy joven con hijos.
La secretaria de Acción Social, se encargó de darle alojo en la Casa del Niño “William Morris”.
En tanto los muebles fueron llevados al Corralón Municipal.
Un camión de la Comuna y los patrulleros fueron los que realizaron la mudanza. Entre las pertenencias que se llevaron había una maquina repro- ductora de CD, un moderno televisor, una motosierra, colchones, ropa, cocina y otros muebles.
| 
