El pueblo de Fulón era muy especial. En las planillas de asistencia de los docentes el ausentismo estaba en tercer lugar en toda la Provincia.
Sin embargo el Ministro de Educación había pedido 180 días de clases por cada ciclo electivo, cifra que estaba muy lejos de ser cumplida por diversos y multifacéticos motivos. Los padres de quejaban por las horas libres. Sin embargo ellos tampoco hacían nada para que sus hijos tengas más días de clases.
El Titanic seguía navegando y se escuchaba los acordes de su orquesta y escuchando su música comenzamos a desgranar los días de cursada de un grado en algún establecimiento escolar de Fulón y en un curso donde sus alumnos tienen 14 años.
El primer día de clase no se va al colegio porque se debe festejar la noche anterior precisamente que “comienzan las clases”.
Los alumnos, luego de salir de lugares de expansión nocturna se hacen presentes a las 8 de la mañana en la escuela, tiran algunas bombas de estruendo, entonan algunos cánticos y se retiran a sus respectivas viviendas.
Un día perdido. Tampoco se va a clase la última semana porque se debe despedir como corresponde el término feliz del año escolar. Se comparte algún pic nic con profesores.
Cinco días perdidos Las chicas deben festejar el cumpleaños de 15. En cada onomástico se deberá faltar a clase e ir a la casa de la cumpleañera, escribiendo la calle y tirándoles huevos y harina. Se desayunará, se almorzará y se merendará en esa casa. En un curso de 40 chicos se perderían quince días de clases.
Como la ausencia de los profesores alcanza a un 24 por ciento (horas libres) se perderían otros veinte días de clases al año. ¡Total luego se le dan los apuntes para que estudien en las casas! En el crudo invierno colonense algunos profesores mandan mensajitos de textos a los alumnos señalando que no habrá clase porque “falla” la calefacción. Se pierden en idas y venidas otros cinco días más.
Por paro de docentes, por reclamo de mejores salarios (cosa que merecen los buenos maestros y profesores y no los que se visten de blanco para descalificar la hermosa profesión) se pierden diez días más de clases.
Se toma como válido que un alumno pierda cinco días de clases por enfermedad. Es lo legal. Por perfeccionamiento docente se suman otros tres días sin clases.
Porque aparecieron hormigas primero y cucarachas después se deben desinfectar las aulas. Se pierden dos días de clases. La pregunta es ¿Porque no desinfectar los días sábado?.
Por celebrar el día de la primavera se pierde el día anterior (como preparación) y el 21 de setiembre propiamente dicho.
Por viajes de “estudios” programados durante el año se pierden tres días de clases y si son de quinto año son incalculables.
Por competencias deportivas se pierden cuatro días de clases. Por ratas “institucionales” se pierden cuatro días.
En total se dan menos de 100 días de clases y después nos preguntamos porque el hijo de Menem en el futuro tiene grandes posibilidades de ser Presidente y porque muchos padres quieren que su hija sea como Wanda Nara..
La respuesta usted encuentrela en esta nota
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