Un grave hecho aconteció hace pocos días y pone de relieve la inseguridad que viven algunos vecinos. La víctima –no habría realizado la denuncia- lo identificaremos con las iniciales de su nombre y apellido “CR”.
Según pudimos saber cuando “CR” se encontraba en su casa junto a su pareja, observó como un individuo que estaba en el comedor saltaba la ventana hacia la calle. El hombre salió rápidamente y vio en el suelo la cartera de su mujer tirada en la vereda sin los 150 pesos que estaban en su interior.
Un vecino le preguntó si le habían robado y contestó que si. “Mira fue «R» un menor que salió corriendo y se domicilia en calle…”.
La víctima “CR”, acompañado por otra persona fue hasta la casa del supuesto ratero y toco timbre. Salió una mujer ( la madre del menor) al cual le explicaron que su hijo se había apoderado de 150 pesos, dándoles los detalles del caso.
La mujer luego de escuchar la narración se puso a llorar y a explicarle que ese menor la “tenía cansada y su conducta era por las juntas que tenía en el barrio”. El hombre víctima del robo se retiro apenado.
Sin embargo poco después volvió para que tratara de decirle a su hijo el percance que había sufrido. Una vez más golpeó y esta vez salió el padre. La puerta quedó entreabierta y pudieron observar al menor que estaba en el interior de la casa.
“C.R” le dijo al padre ahí está el chico que estuvo en mi casa. La respuesta fue una serie de insultos y un hermano del menor acusado, tomó un ladrillo y se lo tiró a “C.R” pegándole en el pecho. También arrojaron otro ladrillo a una acompañante.
Para evitar problemas “CR” subió al auto e intentó alejarse. El hermano del menor “R” tomó un ladrillo y rompió la luneta del vehículo.
“C.R” se bajó y todos los agresores ingresaron a la casa donde dejaron la puerta abierta pero en su interior blandían una cuchilla amenazante “pasa que te vamos a destripar”. “CR” se dirigió al auto y emprendió el regreso a su casa. No es una historia aislada sino que se repite muy asiduamente.
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