La problemática de los perros mordedores no tiene una salida clara y efectiva. En el proceso de agravamiento de la situación hay muchas víctimas, existen denuncias policiales, ordenes del juez de Paz, Roberto Ballerini ordenando secuestrar canes agresivos, para llevarlos a los caniles. Los concejales colonenses deberían profundizar en el tema.
No existe una ordenanza efectiva para encuadrar la tenencia de animales considerados de razas peligrosas que en muchos casos se pasean por las veredas sin su correspondiente seguridad. En algunos casos esa carga genética que se debería controlar están (como se lo han visto) sin cadena e seguridad en plaza Pibe- landia donde había decenas de menores. La tragedia solo está adormecida y en cualquier momento puede explotar. La culpa no es de los perros, si de sus propietarios.
Los casos
*En el barrio Las Lilas un chico de 9 años es mordido en la zona alta de su cuerpo y debe ser atendido en el Hospital Municipal. *Una nena de dos años llamada Yanela, es mordida cerca de la ex Escuela Nacional. El perro un Pastor Alemán tiene propietario. La víctima es atendida en el Hospital Municipal. *Un chico de nombre Martín de 11 años es atacado por un perro Manto Negro. El perro estaba en la calle y tenía dueño. La justicia interviene. En total había mordido a cuatro personas.
*Un pequeña de 2 años de nombre Melani es atacada por un perro vagabundo en barrio Rivadavia. La víctima es atendida en el nosocomio local por sus heridas. *Un pre-adolescente de 12 años es atacado por un can en calle 48 entre 127 y 128. Es atendido en el Hospital Municipal con importantes lesiones. *Nelson de 8 años es mordido en calle 53. El perro pertenece a un vecino que deja suelto al mismo en la calle.
*Una nena identificada como Maribel de 4 años es atacada por un perro en calle 10 entre 55 y 56. El perro tiene propitario y no se tomaron las medidas de seguridad. *Maximiliano tiene 15 años se domicilia en calle 21 y 54 es mordido por un perro color marrón. El can escapó y no se pudo identificar al propietario. *José tiene 13 años con domicilio en calle 56 entre 21 y 22, es mordido por un can y debió ser atendido en el Hospital Municipal.
*Chiara tiene 8 años vive cerca de calle 46 y 13 y debió ser atendida en el Hospital Municipal con lesiones leves. *Los casos sucedieron en el ultimo año y forman parte de las decenas que se suceden en la ciudad y que cuestan daños sicologicos irreparables, secuelas físicas, incluso con operaciones estéticas, daños económicos y horas caídas de trabajos a los progenitores.
Presa por no cuidar el perro
Una mujer casildense fue condenada a dos días de prisión efectiva por no ejercer responsablemente la custodia de su perro. El animal mordió a una persona y es la segunda vez que agrede a un vecino, causándole lesiones.
La medida fue ordenada por el Juzgado Civil, Comercial y de Faltas de Circuito Nº 7, a cargo de Laura Babaya, quien explicó que “la sanción se fundamenta en el antecedente de que el perro ya había mordido tiempo atrás a un menor”.
El can protagonizó su primer ataque en noviembre de 2005 contra un niño y un año más tarde mordió a una mujer identificada como Cristina. Para este tipo de conductas reincidentes el Código de Faltas establece una pena de hasta diez días de arresto contra el dueño del animal o multas de hasta , 450 pesos.
En este caso la magistrada casildense optó por detener a la condenada, identificada como Ana B, ya que se trata de una mujer de escasos recursos que limpia casas. La sentencia quedó firme en abril y el arresto recién se produjo en agosto, luego de que la policía recibiera un nuevo oficio de la jueza para que procediera a la demorada detención.
La mujer estuvo dos días entre rejas y, según trascendió, se sintió molesta y hasta le habría recriminado a Babaya su decisión. Al parecer la mayor indignación que le causó la detención fue tener que estar alejada de sus hijos, con los cuales convive, y no poder cumplir con su función de madre.
El perro agresor es un cimarrón color negro de gran tamaño y de fuerte carácter. La propietaria del can, que fue condenada por incurrir en el delito de “omisión en la custodia de animales”, habría reconocido en sede tribu- nalicia la peligrosidad de su mascota, además de comprometerse a colocarle un bozal, aunque no fue confirmado si cumplió.
La decisión de Babaya coincide con el criterio judicial que adoptó en otras causas similares donde también condenó a propietarios de mascotas que agredieron a terceros. “Son numerosas las denuncias de este tipo que se reciben en el Juzgado”, aclaró la jueza tras calificar al tema como «preocupante».
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