(DIB) El ministro de Salud bonaerense, Claudio Mate firmó la resolución 4.559 que avala los consentimientos informados que deberán rubricar todos aquellos que se presenten en los hospitales públicos de la provincia para pedir que se les efectúen las prácticas de anticoncepción quirúrgica.
La incertidumbre por parte de los médicos se debe a que antes de la sanción de la norma nacional, ligar las trompas de Falopio podía considerarse un delito, una forma de esterilización. A esto se le sumaba la duda acerca de si la ley nacional requería de una adhesión por parte de la legislatura provincial para que un médico pueda llevar a cabo la intervención sin temor a ser denunciado. Frente a esta situación la cartera sanitaria provincial dará a conocer un comunicado que aclara como deben proceder los profesionales ante la demanda de este tipo de prácticas quirúrgicas.
Del dicho al hecho ocurrió que, cuando los medios dieron a conocer la noticia acerca de que ley reconocía el derecho de toda persona mayor de edad acceder a la ligadura de trompas o vasecto- mía, algunos servicios hospitalarios -sobre todo del Conurbano bonaerense-, se sintieron avasallados por la demanda. “Entre los profesionales surgieron todo tipo de preguntas: qué hago, le digo a una mujer que tiene cinco hijos que este método le conviene y a una que sólo tiene dos que no”, cuenta Alejandra Domingo Yaguéz, jefa del servicio de tocoginecología del “Hospital Cecilia Grierson” de Guernica. Para la médica el dilema también pasa por el momento de la intervención. Es que en general lo piden las mujeres que están cursando un embarazo, que ya tienen varios hijos y una situación económica precaria. “Vienen y te piden que le ligues las trompas durante una cesárea, y muchas veces son embarazos que no tienen que terminar en cesárea sino en un parto natural. En estos casos yo me niego, porque una cesárea es una operación de riesgo medio y una ligadura es una intervención mínimamente invasiva que se puede hacer incluso con laparoscopía”, agrega Domingo Yaguéz.
La nueva resolución dejará en claro que los médicos de la Provincia están habilitados para realizar ligadura y vasectomía sin entrar en un conflicto legal. La ley no requiere, en este caso, adhesión de la legislatura, incluso desde el Ejecutivo nacional se establece que los distritos que tenían un régimen legal más restrictivo deben ceder ante las disposiciones de la norma nacional “porque protege de manera más amplia los derechos a la salud y a la autonomía reproductiva”.
“Antes de la ley, la ligadura de trompas estaba prohibida en el hospital público y sólo accedían a ella los sectores sociales que la podían pagar en una clínica privada, donde firmaban un acuerdo de partes con el médico y se hacían la intervención”, señala la especialista de Guernica. Las operaciones de este tipo rondan los 1.200 pesos en el sector privado y, a partir de la sanción de la ley, las obras sociales que contemplan las prácticas del PMO deben cubrirlas.
Que dice la ley La ley nacional 26.130 determina que todas las personas capaces y mayores de edad tienen derecho a acceder a las prácticas de anticoncepción quirúrgica previo consentimiento informado. Esto significa que deben firmar un documento en el que aseguran conocer las consecuencias de someterse a una ligadura de trompas, o a una vasectomía en el caso de los varones, y que son responsables por la decisión.
En materia de salud repro- ductiva las que mayormente ponen el cuerpo son las mujeres, por eso el pedido de ligadura es mucho más frecuente que la vasectomía. “Lo que le debe quedar en claro a la mujer es que en la mayoría de los casos este método es irreversible, por eso debe aparecer como opción cuando la mujer ya tiene paridad cumplida, es decir que ya ha tenido hijos y está segura de que no volverá a tener deseos de tener otros”, opina Blanca Campostrini, jefa del servicio de ginecología del hospital San Martín de La Plata.
La anticoncepción quirúrgica en la mujer consiste en ligar con un punto de sutura las trompas de Falopio, que son las que conducen los óvulos desde el ovario hacia el útero. La ligadura cierra ese conducto y previene el embarazo porque evita que los espermatozoides lleguen a los óvulos y los fecunden. Algunos especialistas indican que este método podría tener una reversibilidad del 50 por ciento mediante técnicas de ‘recanalización’ o bien con el empleo de técnicas de fertilización asistida.
Si bien cualquier mujer puede pedir una ligadura y está amparada por la ley, los médicos consideran que es importante que la mujer esté informada acerca de la muy factible irreversibilidad del método porque, además, hoy se cuenta con un arsenal de anticonceptivos gratuitos que sí son reversibles entre los que figuran el profiláctico, el DIU, los orales e inyectables.
“No obstante, la ligadura puede ser útil en casos donde la mujer ya ha tenido hijos y un embarazo pone en riesgo su vida, esto ocurre por ejemplo en personas con cardiopatías severas o problemas graves de hipertensión”, señala Marcela Calcopietro, responsable del programa de Salud Reproductiva y Procreación Responsable del ministerio de Salud bonaerense
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