La Comuna de Wheelwright dictó este mes, la Ordenanza 1244/07 por la que se declara de interés público y sujeto a expropiación la fracción de terreno perteneciente a Induswheel SAIC con domicilio en calle Belgrano 541 de esa localidad.
Se debe mencionar que Wheelwright tuvo su tiempo de esplendor textil en la década del 60. Induswheel llegó a emplear a 1.400 operarios locales y de pueblos vecinos.
La ordenanza dictada marca el fin de un ciclo promisorio.
Cabe destacar que en Colón Induswheel tenía un edificio situado en calle 9, está completamente abandonado y fueron varios los proyectos para reactivarlo.
Una parte de la historia de esa localidad santafesina se va con esta ordenanza. En el trabajo «Wheel- wright del ayer a hoy» presentado para el IV Congreso de Historia de los pueblos de la Provincia de Santa Fe del año 2005, el autor Luis del Puerto Boca relata parte de la historia de esta fábrica textil:
«En el año 1948 comienza a funcionar el taller de confecciones de Antonio y Miguel Adba y Francisco Jurich, en un local de calle General López 665. Se inician con 12 máquinas usadas y 20 operarias. Poco tiempo después se ordena jurídicamente como Induxtil S.R.L., retirándose antes el Sr. Jurich y a partir de 1951 como Indus- wheel S.A.I.C., trasladándose a Belgrano 541 entre Rivadavia y Sarmiento, donde antiguamente supo estar la casa cerealista de Orestes Necchi y Juan Visintini, cuyo contador era Alberto Cuevas, ahora todos socios de esta empresa, a la cual poco después se le incorporaría Andrés Millet.
El constante progreso implica sucesivas ampliaciones de su planta fabril que alcanza a contar con más de 10.000 m2. de superficie cubierta.
En 1977 posee más de 1.300 empleados y obreros, produciendo:
1.896.000 prendas de vestir, al año siguiente se transforman en:
1.971.000 y en 1979 logra el record de su producción con 2.137.000 prendas.
Alcanzado el cenit, comienza primero un lento y luego un acelerado proceso de retroceso, que ha implicado un durísimo camino de despidos, conflictos laborales y comerciales.
La apertura indiscrimi- nada de importaciones produjo como en otras tantas fábricas argentinas un desequilibrio tan grande que muchas terminaron desapareciendo.
Esta empresa, que durante casi 30 años marcara un antes y un después en la economía pue- blerina, volvió a quedar reducida a su mínima expresión , si todavía hoy subsiste es por el empuje y la perseverancia de dos de sus fundadores Antonio y Miguel Ángel Adba, quienes a pesar de todas las dificultades, y casi orillando los 80 años, han tratado de hacer resurgir una empresa que fue líder en su ramo en el país, exportando incluso buena parte de su producción, que eran y son productos de excelente calidad.
Nuestro pueblo creció de manera significativa durante el apogeo de esta empresa y luego su decadencia, trajo consigo también una fuerte desa- celeración de este proceso.
Esta localidad que en ese entonces orillaba los 5.000 habitantes, este solo establecimiento empleaba 1.300 trabajadores. Si bien es cierto que los había de localidades vecinas, el grueso eran locales, donde familias enteras formaban parte de su plantilla.
Es de imaginar lo que supone una crisis de esta magnitud, y como afectó a tantos hogares.
Hoy trabajan en estas instalaciones, bajo un sistema de tipo cooperativo alrededor de 80 personas.
Pero como siempre mien tras hay vida, quedan esperanzas, poco a poco comenzaron a surgir talleres de confección, que ocuparon a parte de los trabajadores especializados que habían quedado sin trabajo
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