El Museo y Archivo Históricos del Banco de la Provincia de Buenos Aires inauguró una muestra en homenaje a Héctor Germán Oesterheld, autor de El Eternauta, a 50 años de su primera edición y a tres décadas de su desaparición a manos de un grupo de tareas en la última dictadura militar.
La muestra homenaje abrió sus puertas ayer jueves 12 , en la sede del museo ubicado en Sarmiento 364, de Capital Federal. La exposición puede ser visitada hasta el 3 de agosto, de lunes a viernes de 10 a 18 hs.
En “El Eternauta”, personaje de extraña aparición (justificada por su condición de viajero del tiempo), el protagonista le cuenta su historia a un escritor, quien luego la publicará en una revista.
La historia que relata Juan Salvo (El Eternauta) cuenta su propia desventura, la de un hombre común, que junto a su familia y un grupo de amigos enfrenta una situación extrema. Dicha muestra ha sido declarada de interés educativo por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Casa usurpada
El nieto de Héctor Oesterheld, creador de El Eternauta intenta recuperar a su hermano o hermana, un año y medio menor que él, quien nació en cautiverio mientras su madre se encontraba secuestrada en un campo clandestino y fue apropiado por los grupos represivos.
Fernando Oestherfield , se presentó en Juzgado Federal Nº 1 de Tucumán, y acusó al ex jefe del Servicio de Inteligencia Confidencial (SIC) de la policía tucumana , Roberto Albornoz, alias el «Tuerto», de ser quien secuestró a su madre embarazada y a él, y luego usurpó la vivienda. El 26 de julio de 1976, el represor Albornoz secuestro al joven y su madre La mujer fue trasladada a Campo de Mayo, en Buenos Aires, donde dio a luz.
Fernando, que tenía poco más de un año de edad en aquel momento, fue entregado por la policía a la Casa Cuna tucumana como NN, de donde fue rescatado luego de un mes por sus abuelos paternos, quienes lo llevaron a la ciudad de Pergamino donde creció.
El secuestro y desaparición de Diana Oesterheld fue denunciado por la Asamblea Permanente de Derechos Humanos y corresponde al legajo 3145 de la CONADEP, lo que implica que fue denunciado en 1984 y presentado en el juicio a la Junta de 1985. Su hijo declaró en el marco de una causa iniciada por la comisión de «Familiares de Desaparecidos» de Tucumán (expediente 1442).
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