Jugadores que hoy son técnicos y que se retiraron hace bastante, lo que hace más lejano el primer puesto conseguido. Parece utópico, el espacio de tiempo sin conseguir lauros, teniendo en cuenta que el fútbol es nuestro deporte “nacional” y que en forma permanente surgen jugadores bien dotados técnicamente, que luego emigran hacia Europa u otra Liga del mundo.
La camiseta celeste y blanca, desde ese momento, comenzó andar por un camino donde llegar primero a la meta, fue imposible. La gente cosechó mas decepciones que ilusiones y la imagen del seleccionado comenzó a decaer. Las vueltas de la pelota hicieron que Basile sea nuevamente el técnico del Seleccionado y encare su primer torneo en Venezuela. Por potencial e individualidades, Argentina esta obligada a ganar la Copa América.
Si hoy fuera el Mundial de Sudáfrica, este sería el equipo, quizás variando uno o dos nombres. Por eso la necesidad y la obligación de ser protagonista, mas teniendo en cuenta que Brasil, el eterno rival, no llevó a sus principales figuras como Kaká, Ronaldinho, Ronaldo, Roberto Carlos, Adriano, entre otros. Ya finalizó la primera ronda y Argentina pasó a los cuartos de final. Pero hasta el momento no desarrolló un juego vistoso y bien jugado. Es cierto que ganó por goleada ante Estados Unidos y Colombia, pero también tuvo muchas fallas en el sistema defensivo y sobre todo en las pelotas paradas, donde casi siempre sufre goles en contra.
Este déficit, se corrige trabajando en la semana, pero esta palabra no figura en el diccionario de Basile, que confía en sus jugadores y en lo que pueden llegar a ser en el arco de enfrente y no en el estudio sistemático del rival o en las falencias que puede tener el circunstancial adversario. Antes de este torneo, Argentina disputó una serie de amistosos y en uno de ellos, Argelia- país donde apenas se conoce el fútbol- le convirtió tres goles de pelota parada. En Venezuela, volvió a repetirse lo mismo, pero en este caso fue Colombia el autor material de los hechos.
Argentina tiene potencial de mitad de cancha hacia arriba, donde tiene jugadores de buen pie como Verón, Cambiasso, Riquelme y Messi. Además tiene un banco de suplentes donde todos los que lo integran son titulares en cualquier selección del mundo. Pero igual, la puesta en escena no es convincente y deja muchas dudas a la hora de hacer un balance.
En defensa se cometen errores y en el mediocampo solo hay un hombre que recupera la pelota y corre por dos personas, como Mascherano.
En muchos pasajes de los encuentros, Argentina comienza a tocar la pelota intrascendentemente para los costados y hacia atrás, sin cambio de ritmo. Por momentos parece que el fútbol desarrollado es el de una Selección de la década del ’70.
Es verdad que tiene jugadores desequilibrantes, como Messi, del cual el mundo del fútbol espera que haga algo impredecible, con Riquelme, que parece haber llegado a su grado de madurez con la celeste y blanca, con Verón que se convirtió en un jugador que corre menos pero piensa mas, con Tevez que cada vez que ingresa demuestra al igual que Aimar que pueden estar en el once inicial, pero esta Selección hasta ahora no contagia al hincha, castigado desde hace años por las frustraciones.
Quizás se obtenga la Copa América, pero habrá que tener cuidado al realizar un análisis y no engañarse que Argentina es el mejor. Practicando este fútbol será muy difícil vencer a una Selección fuerte europea o al mejor Brasil. No siempre al ganar algo se hacen bien las cosas y tampoco salen bien si no se pone esfuerzo y trabajo.
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