(DIB) Se trata de un proyecto de ley, enviado por el Ejecutivo provincial, que modifica el Código de Tránsito que rige en la provincia de Buenos Aires. La iniciativa, que además prohíbe por completo la ingesta de alcohol a quien conduzca, ya obtuvo media sanción de parte de la Cámara de Senadores de la provincia, que introdujo modificaciones al proyecto original.
El proyecto enviado por el gobernador Felipe Solá, meses atrás al declarar la emergencia vial en la Provincia, establecía que las faltas graves de tránsito cometidas serían penadas con multas de hasta 2000 pesos.
La Cámara alta provincial elevó ese tope hasta 10 mil pesos, y prevé hasta 30 días de arresto para el conductor alcoholizado, el que se fugue tras un accidente, quien corra picadas e incurra en la tercer reincidencia de cruzar con luz roja, detallaron fuentes legislativas.
El proyecto contempla, además, la creación de la justicia de infracciones de tránsito provincial y habilita el regreso de los radares para controlar la velocidad en las rutas bonaerenses.
La iniciativa que obtuvo media sanción considera "falta grave" cuando el automovilista conduzca alcoholizado o bajo los efectos de drogas, carezca de documentación o se niegue a exhibir la misma, circule sin haber realizado la VTV, gire a la izquierda en las vías de doble mano y circule sin respetar la obligación de mantener encendidas las luces de alcance medio o bajas durante las 24 horas del día en las rutas.
El proyecto dispone que los menores de entre 17 y 21 años deberán renovar su registro en forma anual, y para eso deberán volver a rendir los exámenes teóricos y prácticos. También obliga a los automovilistas a llevar tantos chalecos reflectantes de luz como plazas tenga el vehículo, con el objetivo de que se los coloquen ante situaciones adversas que los obliguen a bajar a la calzada.
La iniciativa disminuye las velocidades máximas permitidas en rutas, autopistas y semiautopistas y el regreso de los radares fotográficos para controlar el cumplimiento de esos límites. En zonas rurales, la máxima permitida será de 100 kilómetros por hora, en lugar de los 110 kilómetros actuales; en semiautopistas se podrá circular a 110 kilómetros cuando la máxima actual es de 120, mientras que en autopistas, el límite permitido bajará de 130 a 120 kilómetros por hora
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