El hecho fue denunciado y tiene como protagonista a Carlos Quiye, con domicilio cercano a 59 y 14 y que tenía entre sus aves algunos gallos de riñas.
En varios días sucesivos, a Quiye, le faltaron un número no precisado. Sin embargo su asombro se colmaría.
Como si se tratara de una novela de García Marquez, se acercó a la casa de la víctima un vecino que argumentó que por una determinada cantidad de dinero le diría en que sitio se encontraba el gallo de riña y sus queridas gallinas.
El extorsionado denunció el hecho y además de su vecino, brindó detalles de quien sería al presunto autor del increíble caso de secuestro.
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