La denuncia fue hecha por el fiscal general de la Cámara de Apelaciones de Rosario, Claudio Palacín, quien admitió su hartazgo. Palacín comanda un equipo de diez fiscales en su jurisdicción, que abarca entre otras áreas Ramallo, San Nicolás, Rosario y Santa Fe.
El fiscal dijo que está cansado de que sólo se acumulen causas contra los eslabones más débiles de la cadena de co- mercialización, y de que los líderes del negocio continúen impunes, en muchos casos por la «deficiente» actuación de las fuerzas de seguridad en los procedimientos. «Creo que las fuerzas de seguridad nos están tomando olímpicamente el pelo a fiscales y a jueces. Nos toman por idiotas.
Queremos que esto se sepa. Nosotros vamos a cumplir con nuestra función, pero trabajamos con las causas que ellos nos traen. ¿Qué sé yo lo que está pasando a diez o a cien cuadras de acá si no tenemos a un equipo de investigadores?», denunció con un tono vehemente El fiscal asegura que existe una organización corrupta que se arma desde el Estado.
Dice que no pretende atacar ni a la Policía provincial ni a la Federal. Tampoco a Gendarmería o Prefectura. «Como en toda institución hay gente honesta», aclara, pero arremete una vez más contra las fuerzas: «Sospechamos que hay corrupción. Porque sino no podría haber tanta ineficacia. No puede deberse solamente a desidia o a falta de preparación. Es indudable que hay parte de esas fuerzas que están enriqueciéndose con el nar- cotráfico. Y ese dinero sube. No creo que un comisario o un jefe de una unidad regional, por sí solo, pueda ponerse al frente de esto».
En cuanto al futuro dijo:
«Ahora no hay una verdadera lucha contra el narcotráfico. Aunque suene fuerte, tiene que ser una guerra a muerte. Acá está en juego la vida de nuestros hijos, nuestro futuro. Hay que coordinar todas las fuerzas, todos los recursos que tiene el Estado Nacional.» (La Capital)
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