Todo comenzó con una observación de extrañas características en la provincia de Salta, digo extrañas porque aún dentro de lo atípico de estos episodios, éste tuvo particular rareza.
El sitio donde se verificó el suceso se llama El Duraznito, un paraje ubicado entre la entrada de una finca y una casa abandonada a una distancia de 1000 metros de una formación rocosa conocida como La Cueva de los Negros donde se han reportado hechos vinculados con OVNIS.
El testigo del caso prefiere mantener su nombre en reserva pero declaró a la prensa que el domingo por la noche se dirigía a visitar a unos amigos y luego a cazar, llevando una escopeta y un cuchillo como armas. Cuando transitaba por el paraje mencionado fue derribado sor- presivamente de su bicicleta y cuando logró ponerse de pie observó una sombra negra frente suyo.
El joven atinó a desenfundar su escopeta y efectuar dos disparos, pero al ver que no le provocaba daño a la sombra sacó su cuchillo de caza y le propinó varias puñaladas, lo que tampoco le causó daño alguno a la sombra.
Asustado, quiso entonces escapar del lugar pero “El Petiso” lo volvió a derribar sin mediar palabra y lo arrastró tirándolo de sus cabellos hacia un costado del camino.
El muchacho relató que a esa altura de las circunstancias comenzó a gritar a todo pulmón y que eso fue lo que lo salvó, ya que los gritos fueron escuchados por un vecino que al acudir al lugar vio una sombra negra que lo tiraba de los cabellos, que acto seguido desapareció sin dejar rastros cuando se percató de la presencia del otro hombre.
Se han reportado un total de cinco casos en los últimos cuatro años, sustentados por denuncias policiales e incluso en el hospital de la zona dónde las víctimas hubieron de ser tratadas por golpes y hematomas de consideración.
Esta entidad sin forma aunque de baja estatura parece ser inmune a los golpes, disparos o cuchillazos, desprendiéndose de las declaraciones de los testigos que cuando se le golpea se siente como si se impactara contra un tronco o bien como un papel flameando. Un grupo de investigadores del grupo Hemisferios de Buenos Aires recorrió la provincia de Salta relevando extraños sucesos y pudo descubrir un extraordinario caso de entidades pequeñas que aparecieron en Julio de 2000, en tiempos en que en la provincia de Catamarca un “Duende” sitiaba una comisaría y luego una agencia de remises.
La testigo principal fue una niña Marisol Díaz de 10 años de edad que se encontraba en su casa sola, cuando se dio cuenta de que había 4 o 5 seres enanos en la cocina. Vestían un atuendo como “de plástico” de color blanco, tenían ojos grandes y los había de ambos sexos. Una pareja que parecía ser la que llevaba el mando y que poseían una estatura de 1,20 metro y el resto algo más bajo, un metro aproximadamente.
Curiosamente el color de la vestimenta era cambiante según el sitio porque cuando salieron de la casa esta tomaba color negro.
Según la niña aparentaban ser una “familia” los padres y los hijos más pequeños. Uno de ellos olió una botella de detergente y la abandonó diciendo que “era veneno”.
En total parece haber habido unos 10 o 12 seres. La hermana de Marisol que estaba bañándose en una acequia cercana junto con sus primos pudo a ver a los seres cuando se alejaban.
En la tierra húmeda se hallaron posteriormente huellas, las de la “mujer” descrita así por su pelo largo y rubio eran normales, luego más pequeñas las de su aparente pareja y más diminutas aún las de los otros seres. Curiosamente algunas parecían marcas de zapatos y otras de pies descalzos y eran demasiado alargadas para el ancho. Es decir no llevaban la proporción habitual de las huellas humanas.
Caso Colón
La zona Noroeste de la provincia de Buenos Aires tenía antecedentes de observaciones en las localidades de Pergamino y Rancagua, en el año 2002 se sumó la de Colón. El primer avistamiento de seres extraños se realizó en cercanías del Puente Santamarina.
En la ocasión dos adolescentes –periodistas de Colón Doce conversaron con ellos- observaron un objeto oscuro que se acercaba hacia ellos y se posó a 100 metros. Según los jóvenes de la “supuesta” nave descendió un ser bajo, color naranja. Los pescadores huyeron asustados y contaron la experiencia a dos amigos y luego tras vencer el miedo al ridículo lo hicieron a la prensa. La historia podía pasar desapercibida o producto de la fantasía de dos adolescentes.
Pero la segunda historia confirma la primera. Una pareja mayor se dirigía por un camino de tierra desde la zona de Merceditas hacia la Ruta Nacional Nº 8. El hombre relató que unos 800 metros antes de llegar a la cinta asfáltica avistó una luz muy fuerte.
La misma descendió en lo que sería una pequeña laguna formada por las lluvias constantes que había por esos días. El descenso se habría producido a unos 70 metros del camino y el matrimonio pudo ver a dos seres de color naranja, bastantes diminutos y que se desplazaban con agilidad cerca de la “presunta” nave extraterrestre. Los colonenses muy asustados siguieron viaje. Pudieron divisar un pequeño resplandor en la zona del avistamiento.
El 3 de Mayo de 2002 en la provincia de La Pampa, al sudoeste de Buenos Aires, un grupo de cinco adolescentes volvía, de madrugada, de una quinta cercana al ejido urbano, sobre el sector sudeste de la ciudad de Alvear cuando de pronto se les interpuso en el camino una mujer de avanzada edad, de cabellos largos y vestida con ropa clara, solicitando repetidas veces ayuda. El miedo se apoderó de los adolescentes quienes se lanzaron en una frenética carrera hacia el sector iluminado de la avenida Uruguay para dirigirse al hogar de uno de ellos.
Se sabe que volvieron al lugar con “refuerzos” (es decir con más gente porque la cosa no venía como para encararla solos), incluso los que se enteraron del hecho hicieron una especie de paseo turístico con automóviles echando mala a la hora de la aparición” Parece que los jóvenes fueron víctima de innumerables burlas por parte de los vecinos y optaron por contar el extraño suceso en una radio local para darle la seriedad del caso.
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