Los valores que se pueden desplegar en esta profesión quedan enterrados llenos de barro en un profundo y en desuso aljibe. La extensión práctica de esta atípica situación se multiplica y abre el camino al peor de los escenarios. En el futuro se puede comprar una opinión, más adelante se puede acallar una noticia, y ya en un gobierno utilizar el soborno como sistema.
Los límites se hacen difusos, porque se ingresa al maquiavelismo puro, donde el fin justifica los medios. Nuestro país ya vivió en gran escala este tipo de situaciones, cuando se mataba para acallar a los pensadores, y a los luchadores sociales.
Cualquiera puede defender con ardor sus valores, sus principios. Un espartano vuelve de la lucha con los escudos por delante o su cuerpo sobre los escudos. Nunca se debe declinar las convicciones por “las luces del Poder”.
Se puede ser de izquierda, derecha, liberal, conservador, pero mostrando siempre las cartas sobre la mesa…teniendo códigos. Es difícil de lograr. Se debe estar descarnado de apetencias y saber que en el fragor de una campaña política lo importante es lo que va a decidir el pueblo, sin engaños, sin pactos ni estrategias “estrafalarias” de por medio, siendo como uno es, y no un producto prefabricado. Un espartano muere o vive como espartano. Nunca como ateniense o viceversa.
El cambio sería perder la esencia…perder todo. El Che Guevara, nunca habría pagado una nota en Ambito Financiero. El sistema de valores implantados esta en juego otra vez. Hay que estar preparado para no equivocarse en elegir el mejor camino a nuestros sueños.
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