Los concurrentes a la fiestas de casamiento lo llaman “la colchoneta humana” o el “vuelo bautismo matrimonial”. En el caso de Tandil, al finalizar la fiesta los invitados tomaron al novio de los pies y brazos y con movimientos vigorosos lo tiraron por los aires. El “juego” se repitió varias veces.
Cerca de las cinco de la mañana y cuando el carnaval carioca estaba en su apogeo repitieron “la tortura”. El alcohol nubló los sentidos y hubo falta de coordinación. El novio fue lanzado al aire pero nadie lo atajo cuando descendía. El festejado golpeo fuertemente la cabeza contra el piso y quedó desvanecido.
Hubo reproches, llantos y una ambulancia que lo trasladó a una Clínica cercana. La vida de Hugo Quatrochi se salvó por un milagro y en el presente se recupera felizmente del traumatismo de cráneo y de un gran coagulo que se había formado y ponía en riesgo su vida. La fiesta término de la peor manera.
El caso colonense
Hace unos años se vivió una situación similar con una colonense. Aquí, la que término fuertemente golpeada fue una mujer, quien salvó milagrosamente su vida. Según trascendió en aquella ocasión la joven en los festejos de su graduación fue tirada hacia arriba. Los invitados fallaron en la contención de la misma, golpeando fuertemente contra el piso.
Su caida le ocasiono serias lesiones. Su recuperación duró varios meses. No fue el único caso, por lo menos en otra ocasión en Colón una invitada golpeó fuertemente su cara contra el suelo y estuvo varios días con fuertes dolores y moretones. Un rito que ahora esta puesto “en el ojo de la tormenta”.
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