No siempre el que es millonario y se cree poderoso ante los demás triunfa en la vida. El diccionario de la Real Academia Española define a la palabra humildad como “virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”.
Trasladado al fútbol, River incorporó jugadores por 25 millones de dólares. A priori Belluschi, Ponzio, Marco Ruben, Mauro Rosales, entre otros, en los torneos de verano ilusionaron a su gente y el resto de los equipos pensaban jugar por el segundo puesto. Passarella contaba con el plantel que había pedido. Pero no siempre el poderoso gana. Tres meses después, los de Nuñez están fuera de la Copa Libertadores en primera ronda, sin anotar goles de local y perdió dos veces con Caracas de Venezuela.
Un verdadero papelón. Encima en el torneo navega en un mar de confusiones, Passarella no logra enderezar el barco y su público antes del superclá- sico del domingo frente al Boca puntero, perdió la paciencia con los directivos, jugadores y al “Kaiser”, quien era un ídolo de la institución, lo acusan de ser hincha xeneise.
Los resultados mandan y la vorágine del fútbol hace que se hayan ido cinco técnicos. Nery Pumpido, “Pipo” Gorosito, Rodolfo Motta, Patricio Hernández, Pedro Troglio fueron las víctimas. Hay otros que hacen equilibrio en la cuerda como Reinaldo Merlo y Jorge Burruchaga, cuestionados en los equipos de Avellaneda. El hincha pierde la memoria y la paciencia fácil. Se puede discutir si es defensivo o planta mal su equipo pero “Mostaza” fue el conductor para que Racing saliera campeón después de 35 años. Hasta le construyeron una estatua y hoy le piden que se vaya.
Por nivel de juego hay tres equipos que se encaminan para luchar hasta el final. En el primer número de Colón Doce manifestábamos que Miguel Ángel Russo debía absorber el fracaso de perder el tricampeonato de Boca e imponer su estilo. Boca es uno de los punteros con un Riquelme estratega, un Palermo demoledor en las áreas, un Palacio movedizo y contundente, sumados a Caranta, Ever Banega y Nery Cardozo de buen nivel.
San Lorenzo en el campeonato anterior deambulaba por mitad de tabla. No tenía identidad y hasta había perdido siete a uno como local frente a Boca. Pero llego Ramón Diaz, para enterrar el mito de que River lo dirigía cualquiera y que Francescoli era el técnico dentro del campo de juego. Con buen ojo y sin gastar millones, pidió por el “Lobo” Ledesma, que estaba jugando en Argentinos Juniors, y por Gastón Fernández, no tenido en cuenta por Pasarrella, que prefirió a Ariel Ortega, que lucha contra el alcohol .
Su equipo es el otro puntero, la gente azulgrana acompaña, se ilusiona y no esta mal porque tiene un técnico motivador que hace que sus jugadores se coticen después de estar devaluados, casi en un oulet.
El tercer conjunto es el campeón, Estudiantes. Hace dos meses Colón Doce escribía que el “Cholo” Simeone logró en el “Pincha” una mezcla de equipo europeo con latinoamericano. Su equipo maneja la pelota de forma dinámica a través de Sosa, Verón y el juvenil Piatti.
Su juego es vertical, cuando sale de contraataque siempre llegan al área no menos de cinco jugadores. Adelante cuenta con Pavone y Calderón. Juventud y experiencia. Potencia y sapiensa. Por eso con el alma del campeón que late distinto a los demás, derrotó a San Lorenzo y le quitó el invicto.
Hasta ahora la violencia no fue noticia como el año pasado. Esperemos que siga ocupando pocos espacios en los medios y sólo se hable del fútbol a nivel juego. Y siempre recordar que el poder y el dinero no garantiza éxito. Inteligencia y humildad son virtudes que pocos tienen, y que sin ellas muy lejos no se llega.
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