Las poderosas colonias agrarias del partido de Colón que determinaron un equilibrio en el crecimiento económico-social de nuestra población están vacías. Las casas están abandonadas y en muchos casos solo es indicación que hubo una vivienda por los árboles que aún perduran y que servían de reparo a aquellas curtidas familias. La emigración fue masiva.
El partido de Colón tiene 100 mil hectáreas con 496 explotaciones agropecuarias. En la mayoría de los casos estas empresas rurales se dedican a la agricultura (soja, maíz, trigo). En la jurisdicción existen 46 mil cabezas de ganado vacuno ( 10 mil más que años atrás) y la cantidad de porcinos alcanzaría a 2000, estando concentrados en pocas explotaciones.
Otro dato nos conmueve. En las 100 mil hectáreas que abarca nuestro partido, y que están catalogadas como las mejores del mundo, solo viven 1191 personas (648 hombres y 543 mujeres). La matemática nos lleva a razonar que existe una persona cada 83 hectáreas o un núcleo familiar (matrimonio y dos hijos) cada 336 hectáreas.
Sin embargo, los más grave de esta situación es que la renta agropecuaria se esta concentrando en menos manos. Los pools de siembra por una relación de escala y riesgos, elevan el alquiler de los campos y cada vez siembran más hectáreas, quedando para ellos la mayor porción de las ganancias.
La verdaderas consecuencias se observaran en los próximos años. Los criterios eco- nomicistas de los pools de siembra, dejan de lado el correcto manejo de los suelos exprimiendo al máximo los nutrientes de nuestro “trian- gulo de oro”.
El avance de la genética y los nuevos métodos de siembras hacen que el desgaste prematura de los suelos se precipiten. Por otro lado, se comienza haber que la poca forestación de nuestros campos (realizada mayoritariamente en la época de las dos primeras presidencias de Juan Domingo Perón) está corriendo peligro. Es que se están talando los pequeños montecitos y hileras de protección.
El nuevo pensamiento indica que se debe sembrar hasta el último rincón.
Las consecuencias de erosión y ambientales se comenzaran ha observar en pocos años más.
Las poblaciones rurales, también están en extinción. Los últimos datos nos indican que Sarasa, ubicada en el centro de las poderosas colonias agrarias, solo cuenta con 95 habitantes ( 54 hombres y 41 mujeres) y El Arbolito solo tiene 256 habitantes ( 115 hombres y 121 mujeres).
En tanto que Pearsón, aislado del progreso por 30 kilómetros de camino de tierra, cuenta con 261 personas (139 hombres y 122 mujeres).
Dos censos
En el Censo Agropecuario de 1914, las planillas confeccionadas revelaron que nuestro partido tenía 44151 vacunos, 17181 lanares y 7175 por- cinos.
En el Censo Agropecuario de 1936, el resultado reveló que había 64.428 vacunos, 33605 porcinos y 4465 lanares.
La superficie sembrada de maíz alcanzaba a 28 mil hectáreas y el trigo llegaba a los 6490 hectáreas. El productor además cultivaba 5983 hectáreas de lino, 420 de avena, 190 cebada y 490 de centeno.
| 
