Según datos del Registro Provincial de las Personas, en 2005 se divorciaron 12.099 parejas, mientras 10.640 lo habían hecho en 2004 y 9 mil en 2003. Y aunque el Registro tiene procesados sólo los datos de los primeros cuatro meses de 2006, la proyección anual refuerza la tendencia a la separación entre los bonaerenses ya que se produjeron unos 13.600 divorcios durante el año pasado, un 11 por ciento más que en 2005 y casi un 35 por ciento por encima de 2003. En otros números, en la provincia se divorcia una pareja cada 37 minutos.
Esto no implica sin embargo que el número de casamientos vaya en caída libre, aunque tampoco pueda hablarse de un aumento de matrimonios. En realidad, los casamientos se han mantenido estables en los últimos años, en cifras que oscilan entre 45 y 46 mil.
Según Viviana Koffman, titular del Club de Divorciadas –una entidad que asesora legalmente a mujeres separadas o en vías de serlo- el aumento constante de divorcios tiene que ver fundamentalmente con la independencia económica lograda por muchas mujeres en los últimos años. “Antes, muchas mujeres toleraban la violencia y la infidelidad de su pareja porque no tenían como subsistir si se separaban ni podían mantener a sus hijos. Hoy las cosas cambiaron, y la mujer muchas veces hasta gana más dinero que el hombre”. Koffman sostuvo además que la mayor expectativa de vida es otra razón de peso, porque “hay mucha gente que se siente joven y entiende que tiene la posibilidad de empezar una nueva vida si se separa”.
Por otro lado, la profesional destacó que las parejas siguen optando por la convivencia pero sin preocuparse ya por el mandato social del casamiento. “En este grupo hay muchos hijos de padres separados, que han sido testigos de las peleas de sus padres y víctimas de sus acusaciones cruzadas.
Entonces los hijos son más cautos a la hora de pensar en casarse”, dijo Koffman. En esa línea, señaló que para la salud mental de los hijos de matrimonios conflictivos “es mejor la separación que una continuidad problemática”.
Los especialistas coinciden en que las personas que se separan tienen generalmente entre 35 y 45 años, mientras que años atrás la mayoría tenía menos de 30. Además, la duración de los matrimonios también es mucho menor: antes las parejas se separaban tras convivir un promedio de 20 años, mientras que hoy la relación no excede los 10 años. Y llegan a instancias de divorcio con hijos chicos, de entre 3 y 8 años.
En Capital Federal, el número de divorcios creció un 22 por ciento en 2005 y la pareja “de hecho” –surgida a partir de la aprobación de la ley de Unión Civil que, sin distinción de sexo, reconoce a los convivientes los mismos derechos previsionales que a los cónyuges- se impone cada vez más fuerza entre los porteños.
En tanto, la Legislatura bonaerense estuvo a punto de tratar a fines del año pasado un proyecto de ley que buscaba imponer la Unión Civil en la provincia, pero por presiones diversas quedó postergada para este año en que, según dijo el titular de Diputados, Ismael Passaglia, “se buscarán consensos” para avanzar con el proyecto.
UNA DEUDA HISTÓRICA
El 3 de junio de 1987 el Congreso Nacional aprobó la denominada “ley de divorcio” (23.515) que permitió a los esposos optar por la separación (que no permite un nuevo matrimonio) o el divorcio vincular (que autoriza la reincidencia).
En rigor, el divorcio había sido autorizado por primera vez en el país en 1954, durante el segundo gobierno peronista, pero fue derogada un año después por el golpe militar encabezado por Pedro Eugenio Aramburu. Así, recién en el ’87, y pese a una fuerte presión de la Iglesia Católica, el divorcio fue restablecido. Tras un pico histórico en 1988 (sólo en Capital se registraron 18.122 separaciones), la avalancha de divorcios que pronosticaron los sectores más conservadores nunca se produjo y en los ’90 los números bajaron drásticamente.
En los últimos años, en tanto, las cifras se incrementaron año a año, pero la situación nacional dista muchísimo de la de los países desarrollados: en Italia, por ejemplo, –donde los divorcios aumentaron 66 por ciento en la última década-, se separa una pareja cada cuatro minutos. (DIB)
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