La Convención Provincial del partido terminó en escándalo y dejó como saldo la ruptura de la UCR provincial, acusaciones cruzadas entre los sectores lavagnistas y quienes propician candidatos propios y la medida que analizan algunos intendentes de pedirle la renuncia al presidente del Comité Provincia, Carlos Gorosito.
El radicalismo fue víctima una vez más de su propia impotencia. El encuentro en la ciudad bonaerense lejos de zanjar diferencias, terminó con una ruptura que parece no tener retorno.
Hoy dos convenciones sesionaron en la localidad bonaerense. El capítulo I comenzó cerca de las 11.30 en la sede del Club Juventud Unida de las Flores. Allí con los convencionales suficientes para dar quórum estaba todo listo para que comenzara la sesión.
Para el asombro de algunos y el convencimiento de otros, el presidente de la mesa saliente, Alberto Giordanelli, comenzó a presidir la sesión que como primera medida designó la nueva mesa que nombró como presidente a un militante de Carlos Casares, Germán Mallofré.
Minutos después además del calor, el aire se envició de acusaciones, confusión y tensión. El sector del radicalismo que promueve candidatos propios abandonó el recinto, en el que sólo quedó el nuevo presidente de la mesa en la inmensidad del salón.
“Lo primero que vamos a hacer es convocar nuevamente a la convención para poder establecer un diálogo con los sectores que se fueron disconformes”, afirmó Mallofré que se autodefinió dentro del alfonsinismo.
La frase sonó a quimera en medio del desorden vivido. En el club vació no había explicaciones para que aquello que debió ser un debate para intentar salir de la crisis terminara en escándalo, “un bochorno”, decían algunos dirigentes.
Paralelamente a pocas cuadras, en el comité de las Flores, los radicales R, o auténticos como se definen, no dejaban de denunciar fraude y comenzaron a rearmar a sus convencionales para conformar una nueva convención, ya que no consideraban legítima la anterior.
Capitulo II Eran cerca de las 14.30, al bar del club ya le quedaban pocas bebidas bien frías y un grupo de pibes se llevaba los equipos de música, cuando los R reaparecieron en una pequeña columna. Los equipos volvieron al escenario.
Borrón y cuenta nueva. La convención empezaba una vez más: los convencionales que se habían levantado de la sesión anterior se volvieron a acreditar y cerca de las 15.15 con el intendente de 25 de Mayo, Mariano Grau, a la cabeza, se constituyó la segunda convención del día, un escribano y dos veedores judiciales “legitimaron” la sesión.
Y de repente en medio del desgano general sonó el número mágico que enardeció a los militantes que aún soportaban el día: 94. Con quórum propio la parte II de la convención sesionó y Grau fue designado presidente.
“Estoy avergonzado, pensé que hoy íbamos a tratar de construir un camino distinto”, dijo Grau cuando terminó la sesión. El intendente bonaerense recordó que Giordanelli y Gorosito “salieron corriendo esta mañana” y agregó “literalmente cometieron una práctica mafiosa”.
Por estas horas tanto Grau, y más de una veintena de intendentes que comulgan con la idea de candidatos propios evalúan pedirle la renuncia al presidente provincial del partido. “Gorosito cometió un acto de irresponsabilidad política”, afirmó Grau.
Con la noticia de la convención paralela, los sectores del oficialismo partidario volvieron a hacerse sentir. Rubén Lanceta, tesorero del Comité Provincia afirmó: “No aceptan las organizaciones partidarias, quieren destruir el partido y terminan siendo funcionales al kirchnerismo”, y acusó a Stolbizer de realizar “terrorismo por no aceptar la derrota”.
En el ocaso de la tarde, había algunos festejos en las Flores, pero la ruptura del partido era un hecho y la alegría era sólo una mueca.
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