Los alumnos que concurren a los comedores escolares son nuestro futuro más preciado y es por eso que debemos cuidar a cada uno de ellos como pequeños tesoros.
Cada niño será una historia de vida y debemos potenciarla para que esa experiencia crezca lo más equilibrada posible.
Por eso que desde hace años no toleramos desmanejos en su alimentación a cargo del Estado. Desde hace varios días nos vienen “denunciando”, para que tomen la merienda 33 chicos en un establecimiento escolar mandaron solamente cuatro yogurt de un litro. En otra escuela con 32 chicos se recibieron tres yogurt de litro, y en un Jardín de Infantes para 35 niños, llegaron dos yogurt
A cada uno les toca un pequeño sorbo. A los encargados de “armar” la ración, Colón Doce los invita a comer un helado, pero cuando lleguemos a la heladería solo podrán saborear una cucharada del rico postre.
La sensación de los chicos con los yogurts será similar. Por eso siempre decimos, existe un camino para volver a casa “con la niñez no se juega”.
Si el presupuesto no alcanza para que por lo menos dar un yogurt cada cuatro chicos, deberíamos planificar para que haya días que lo reemplacemos, como por ejemplo con arroz con leche con canela, matecocido con leche, gelatinas etc.
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