Se trata de una iniciativa que ya está redactada, que reforma el Código de Tránsito bonaerense (Ley 11.430), y que prevé multas de entre 200 y 2 mil pesos -de acuerdo con la gravedad de la falta- para los conductores que excedan los límites de velocidad permitidos en calles, rutas y autopistas de la provincia.
El uso de radares fue prohibido en territorio bonaerense en 1998 a través de una ley que fue prorrogada sistemá- ticamente hasta octubre de este año. Ahora, según confirmó esta tarde el gobernador Felipe Solá, se busca reinstalar este sistema con la intención de que «en los corredores nacionales y provinciales las multas sean para el gobierno provincial, y dentro de los pueblos sean para los municipios».
Según señaló Roberto Moya, integrante de la Comisión Provincial de Seguridad Vial bonaerense -encargada de la redacción del proyecto-
los radares serán implemen- tados en lugares donde existen «antecedentes de mayor accidentabilidad y de excesos de velocidad». Esa intención estará basada en un índice bonaerense de siniestralidad. «Uno de los lugares más conflictivos es la curva de Samborombón, sobre la ruta 2, donde hay un puente que se va cerrando, y tomarlo a alta velocidad expone al conductor a chocar contra la barrera del puente y salirse de la ruta» ejemplificó el funcionario.
Según detalló, los operativos de control estarán montados sobre las banquinas donde funcionarán una pantalla conectada al radar que indicará al conductor registrado por el control la velocidad a la que circula. «Las pantallas serán de 90 por 130 centímetros y el infractor será avisado y tendrá 10 kilómetros para detenerse, sin que tenga que clavar los frenos» dijo Moya y agregó que también se montarán «playones especiales» para que el conductor pueda estacionar. Luego, la policía de seguridad vial -la única que podrá labrar infracciones- entregará las pruebas que indican a qué velocidad se trasladaba el vehículo y el lugar en que fue detectado por el radar.
Según el funcionario, de este modo, se busca «dar mayor transparencia a los controles y que no sean cazabobos como antes, cuando los controles se instalaban en los lugares donde se sabía que se iba a pasar a más velocidad porque la intención era recaudar». Por otro lado, destacó que se evitarán las antiguas demoras -que llegaban hasta los dos años- en la notificación de los infraccionados ya que ahora las multas serán labradas en pocos minutos. Además, el proyecto prohíbe los controles realizados desde autos camuflados o entre los árboles.
No obstante, es poco probable que la iniciativa pueda ser aprobada en la Legislatura en lo que queda del año. «Es más esperable una nueva prórroga de la ley de suspensión de radares que la aprobación de ésta» dijeron fuentes de la Dirección de Vialidad bonaerense.
Otro de los puntos importantes, tiene que ver con la inclusión en la Verificación Técnica Vehicular (VTV) del control del velocímetro del auto, para evitar que una falla en ese dispositivo ponga en peligro al conductor o le sirva de argumento para evadir la infracción.
Los límites de velocidad previstos son de 40 kilómetros por hora en calles, 60 en avenidas, 110 en zonas rurales (rutas), 120 en semiautopistas y 130 kilómetros en autopistas.
En las zonas rurales,
semiautopistas y autopistas, los sistemas deberían ser instalados en «tramos rectos», y la presencia del radar debería ser advertida a los automovilistas con «placas estáticas» ubicadas «a no menos de 600 metros» del lugar en el que se encuentre el control de velocidad.
Por último, la norma establece que todo conductor que comete una falta quedará anotado en el Registro Único de Infractores de Tránsito -la acumulación de antecedentes puede derivar en el quite de licencia- lo que hasta el momento no ocurría con aquellos que pagaban las multas.
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