Una familia con domicilio en cercanías de calle 53 y 22, recibió el primer llamado con cobro revertido a las 14.50. En este sentido, el hombre de la casa atendió el teléfono y tomó un mensaje en el contestador donde se le comunicaba si quería recibir una comunicación que estaría a su cargo.
El hombre oprimió el número para recibirla y escuchó la voz de un hombre que le comunicaba que habían secuestrado a un miembro de su familia y que de no depositar una gruesa suma de dinero ( 5000 pesos matarían al rehén). El delincuente además comunicó que el segundo llamado sería a las 16, tiempo limite para juntar el dinero.
La víctima se asustó y comenzó a ubicar primero a su esposa que trabaja en una entidad financiera y a esa hora estaría por salir de su trabajo, luego pudo determinar si los padres que se domicilian en otro sector de la ciudad, se encontraban bien. Siendo las 16y tal lo estipulado por el caco, recibió otro llamado con cobro revertido pero la misma no fue atendida.
En este caso, llama la atención que el teléfono no estaba al nombre del propietario (Juan José), si no de la antigua dueña de la casa ( todavía no se había realizado la práctica de traspaso de titular) . La pregunta es ¿Cómo se enteraron los cacos de este detalle desde una cárcel? ¿Hay contactos en Colón que marcan a la víctima?.
La prevención en este tipo de delitos para no ser una nueva víctima, es no recibir llamados donde el detector indique que el llamado sea de una Cárcel. Sin embargo el llamado que recibió Juan José, fue atípico debido a que los “secuestradores virtuales” pidieron dinero y no el número de tarjetas de teléfonos como habitualmente se “requiere” en este tipo de delitos extorsivos. La pregunta es ¿Estamos frente a una nueva forma de extorsión con componentes locales?.
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