“Se cumple un mes sin que aparezca Julio Jorge López, el albañil de 77 años que declaró en el juicio contra Miguel Etchecolatz, verdugo bonaerense bajo las ordenes del General Ramón Camps durante la última dictadura terrorista. Su de- saparición constituye un asunto de Estado, por la seguridad del ausente pero también por las implicancias de lo que permite suponer.
Aunque intermitentes y en apariencia aislados, hay datos de diversos calibre que indican actividades de agitación y propaganda por parte de quienes pretenden organizar una defensa de la impunidad desparramando miedo sobre la convivencia democrática. En este contexto, sobresalen las exhortaciones del ex dictador Reynaldo Bignone para las nuevas camadas de militares «completen4» las tareas de genocidios.
En otra parte del extenso documento se señala “paralelamente, existen sectores económico-financieros afectados en sus intereses por la gestión del presidente Néstor Kirchner y que aspiran a la desestabilización..... .no es momento para reclamos sectoriales ni especulaciones políticas”.
Agrega: “El tribunal que condenó a Etchecolatz a prisión perpetua considero que los crímenes en juicio debían ser considerados “en el marco del genocidio” concepto ausente del Código Penal pero de absoluto valor legal desde la reforma constitucional de l994 que incorporó los tratados internacionales de derechos humanos a la Constitución Nacional.
Por último termina “El genocidio argentino es nuestra tragedia histórica y no seremos una Nación en paz consigo misma hasta que no hallamos alcanzado un de- senlace justo y reparador.
Memoria, Verdad, Justicia y Castigo a los Culpables, son banderas que no se negocian. Por eso, nuestra consigna es: «Buscamos verdad, buscamos justicia, buscamos a Julio López».
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