Según trascendió un individuo ingresó a la sede de la institución deportiva y redujo a una empleada de Rácing que estaba realizando la limpieza del salón y que fue identificada como María Bifani.
El delincuente hizo que se trasladara a la parte de atrás del edificio y la amenazó. En ese momento, ingreso un parroquiano que sería Martín Bianchimano, al que también fue dominado con la ayuda de un arma de fuego.
Seguramente el segundo individuo habría intentado abrir la caja donde supuestamente habría dinero en efectivo y comenzó a funcionar la alarma de seguridad, por lo que los cacos se retiraron del local sin ejercer violencia contra los rehenes.
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